Herida nacional, eco local

Los periodistas que cubrían los actos de la campaña electoral repetida de la pasada primavera temían que los mensajes fueran los mismos. En las distintas convocatorias, entre una creciende indiferencia ciudadana, se esperaban las mismas frases, en el mismo orden. Sin embargo, bastaron unas pocas jornadas para entender que había un matiz diferente entre el 20 de diciembre y el 26 de junio. Los socialistas, a la fuerza ahorcan, habían ajustado el tiro. De repente, cambiaban de oponente. Las mirillas de todas las baterías giraban los grados suficientes para que cada palabra apuntara hacia Podemos, en sus versiones confluyentes o personificando los ataques en sus jóvenes e inexpertos alcaldes y diputados, en dirigentes locales, regionales o nacionales.

De pronto, el enemigo no era el Partido Popular.

Tras el fiasco de la negociación en febrero, el frustrado aliado pasaba a ser encarnizado oponente. Los palos eran ahora para el emergente, bolivariano, comunista, podemista o podemita. Fue una conclusión obvia en los primeros actos del PSOE en la provincia tras el inicio de la segunda y última campaña. Puede que haya una tercera y habrá que ver si se mantiene esta tendencia.

Mientras llega esa convocatoria, el PSOE se desangra. Vive la crisis más llamativa, desgarradora y profunda de su historia reciente, se desmorona en público por más que algunos dirigentes traten de apagar un incendio que ocupa varias hectáreas soplando.

Las primeras horas de la guerra civil del PSOE ha servido para ver que se han producido consecuencias en gobiernos autonómicos y en pequeños ayuntamientos. Los que crean en casualidades, pueden seguir haciéndolo. Los que no las conciban en política habrán reparado en que ha sido reventar el PSOE y saltar por los aires varios pactos.

El sector rebelde que lidera Susana Díaz es el que opina que Podemos es mayor enemigo político que el PP, es el que está dispuesto al desbloqueo en la formación de gobierno a cambio de admitir la doble victoria electoral de Mariano Rajoy. Es la que quiere un enfrentamiento frontal con Podemos. Faltan meses hasta saber si tendrá consecuencias pero nadie olvida que, en Cádiz, Podemos tiene la Alcaldía gracias a la abstención del PSOE y que su portavoz municipal, Fran González, se ha destacado como un hombre afín a Pedro Sánchez.