El alcalde inicia curso

El alcalde de Cádiz vuelve al tajo. Tras unas vacaciones novedosas, por cuanto sus predecesores no las hacían públicas ni establecían un lógico sistema de relevos, se enfrenta a una mesa que está repleta de asuntos pendientes. Tantos como se acumulaban a principios de junio, cuando la tensión de los plenos resultaba bochornosa y cada pequeño trámite se convertía en una tormenta con mucho aparato eléctrico, mucho estruendo, y ningún resultado.

Ya ha cumplido un año largo en el cargo. De hecho, empieza a vislumbrarse el ecuador de su teórico mandato de cuatro años y a José María González, a Podemos, a Ganemos, a todos los concejales, se les agotan las excusas. El alcalde ha modificado el equipo de gobierno y ha relegado a tres de los ediles que más trifulcas inútiles, que peor gestión han desarrollado.

Esa decisión supone un reconocimiento de todo lo que se ha hecho mal y, sobre todo, de lo que no se ha hecho.

Más allá de apagar fuegos, tiene la obligación de poner fin a la invención de polémicas creadas por gestos estéticos e ideológicos que nada suponen para el ciudadano medio. Con todo, su mayor reto es lograr que el diálogo con el PSOE se haga realidad y le suponga un respaldo suficiente para gobernar, para poder sacar adelante todos los planes que hasta ahora son mera propaganda en redes sociales.

Hace unos meses, González Santos aseguró que 2016 debe de ser el año del «afianzamiento» de su partido en el Ayuntamiento. Ese año entra en su tercio final y la estabilidad parece que no llega. Hasta ahora, la torpeza administrativa, los bandazos, los gestos vacíos y los reveses en el Pleno han sido los únicos sellos de la política del nuevo gobierno muncicipal.

Los presupuestos municipales, los primeros, tuvieron que ser aprobados por la puerta de atrás, en Junta de Gobierno y sin la comprensión de ningún otro grupo político. Conseguirla, transformarla en energía política, debe ser el principal objetivo que José María González y su equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Cádiz se marquen para el ejercicio que comienza hoy. Un objetivo ambicioso y que no será fácil de conseguir viendo como se han venido desarrollando las relaciones con el resto de partidos.