El Detroit burgalés

El futuro de Miranda está ahora pendiente de la decisión del Gobierno sobre el trazado del AVE entre Burgos y el País Vasco

Pedro García Cuartango

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Si una extensa parte de las dos Castillas y Aragón tienen una densidad de población inferior a Laponia, hay también una ciudad que empieza a parecerse a Detroit por su declive industrial y demográfico. Me refiero a Miranda de Ebro , donde yo nací en el seno de una familia ferroviaria en los años 50.

Mi padre era entonces el jefe del economato de la Renfe y sus dos hermanos y mi abuelo trabajaban en el ferrocarril . Había más de mil personas que se ganaban la vida en las vías, ya sea como maquinistas, personal auxiliar o de mantenimiento. Yo me pasaba las horas en la estación, observando el deambular de desconocidos en tránsito que jamás volvería a ver.

Lo que más me gustaba era colocarme en un andén y esperar la llegada de los trenes, que al principio eran un punto en el horizonte y luego irrumpían con estrépito con sus locomotoras lanzando vapor sobre los viajeros que aguardaban para subirse a los vagones.

Hoy la estación y sus talleres están vacíos. El bar se encuentra cerrado, los quioscos de prensa han desaparecido, no hay servicio para guardar las maletas y el vestíbulo suele estar desierto. El edificio adyacente que se halla a la entrada, donde trabajaba el personal de circulación, ha sido modernizado con grandes cristaleras pero en su interior no alberga nada.

El futuro de Miranda está ahora pendiente de la decisión del Gobierno sobre el trazado del AVE entre Burgos y el País Vasco . Hasta hoy, la estación ha seguido siendo la parada obligada en la que se bifurcan los trenes hacia Bilbao y San Sebastián, pero no es seguro que el nuevo tren de alta velocidad se detenga en nuestra ciudad.

Si el AVE pasa de largo, será la puntilla definitiva para Miranda, que ha visto cerrar en los últimos años tres importantes empresas, lo que ha supuesto la pérdida de miles de puestos de trabajo. La última es la planta de Siemens Gamesa , que fabricaba palas para generación de energía eólica. La multinacional alemana ha anunciado su desmantelamiento.

No hay probablemente en toda España un espectáculo tan deprimente del declive de una población como el que ofrece un paseo por el perímetro de la antigua Fefasa, una compañía que perteneció al INI y que llegó a dar sustento a 1.700 trabajadores en los años 60 . Hoy sus naves son un fantasma que recuerda la prosperidad de un pasado en el que Miranda era conocida como «la ciudad del dólar», cuando llegó a ser la población con mayor renta per cápita del país.

Miranda tiene ahora unos 35.000 habitantes, unos 4.000 menos que en 2008 en el inicio de la crisis. Es un censo ligeramente superior al de 1970 cuando la villa disfrutaba todavía del esplendor del desarrollismo económico. No hay futuro para los jóvenes mirandeses ni para una ciudad envejecida, que cuenta con uno de los mayores polígonos industriales de Castilla y León … vacío. La desolación va ganando terreno y la miseria avanza en una comunidad a punto de estallar. Cuando reviente la cólera, que no se diga que nadie había avisado.

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