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El zoo de Taronga desarrolla una app para que los turistas denuncien el comercio ilegal de especies

Wildlife Witness pretende ayudar a las fuerzas de seguridad de aquellos países donde los animales son matados o sustraídos de su medio para acabar en un menú, convertidos en un producto medicinal o como mascotas

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Wildlife Witness es una nueva aplicación, desarrollada por la Sociedad de Conservación Taronga de Australia, en la que también colabora la organización internacional Traffic, para combatir el comercio ilegal de especies silvestres, que alcanza cifras millonarias cada año y que, precisamente por eso, está orillando a muchas de ellas a la extinción en el peor de los casos.

Los animales son matados a sangre fría o sustraídos de su medio natural para acabar en el menú de un restaurante, vendidos como mascotas o convertidos en productos medicinales o de moda, explica Chris Shepherd, director regional de Traffic en el sudeste asiático.

«Si la gente que se encuentra de vacaciones decide viajar por todo el mundo y en un momento dado ve algo mientras camina por los mercados de los países que visita que parece anormal, por ejemplo, una cría de oso que no debería estar allí o un artículo de marfil de dudosa procedencia, puede reportárselo (mandando un dato, vídeo o foto) a Traffic a través de la app Wildlife Witness», explica a la BBC Scott Wilson, responsable de los programas de investigación del británico Chester Zoo.

«Toda esta cantidad de información puede usarse para identificar nuevas tendencias en relación con el comercio ilegal de especies silvestres y facilitárselas, a su vez, a las fuerzas policiales de los estados donde los turistas han detectado estos delitos medioambientales para que se tomen decisiones al respecto», continúa Shepherd, que ha advertido a los ciudadanos que quieran participar de la idea que «no asuman riesgos innecesarios enfrentándose a los vendedores de los puestos».

El zoo de Chester colabora con su homólogo australiano de Taronga para dar a conocer la iniciativa de Wildlife Witness en Europa, mientras que el zoo de San Diego hace lo mismo en Estados Unidos.

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