Haga esto y reduzca las visitas al taller

Un correcto mantenimiento mejora nuestra seguridad y la duración del vehículo, entre otros comprobando la presión y estado de los neumáticos, la limpieza y efectuando una revisión visual. Hacerlo evitará muchos problemas y no lleva más que unos minutos al mes

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El mantenimiento correcto del vehículo es vital para su correcto funcionamiento y para la seguridad del tráfico. Los fabricantes se esfuerzan en prolongar los plazos entre revisiones, pero debemos realizar un mantenimiento mínimo para evitar averías en el coche y posibles situaciones de peligro. En este sentido, Sixt ha elaborado una serie de sencillos consejos para que, con solo unos minutos al mes, podamos circular tranquilos y mantener el buen estado de nuestro coche.

1. Limpieza interior y exterior. Un coche sucio envejece prematuramente, no sólo estéticamente, también mecánicamente. La suciedad provoca que las gomas de juntas y guarnecidos se estropeen, que los faros y el parabrisas se arañen reduciendo la visibilidad y el deterioro acelerado de piezas con rozamiento.

2. Niveles. En cinco minutos podemos revisar los niveles de nuestro automóvil y garantizar su correcto funcionamiento. Todos los puntos de control de los líquidos del coche tienen un mínimo y el nivel debe estar por encima. Algunos tienen además un máximo que nunca debemos sobrepasar. Es el caso del aceite motor: mediremos su nivel con el motor en frío y el coche en un lugar llano. Se saca la varilla indicadora, se limpia con un trapo o papel, se introduce en su alojamiento hasta su posición original y se vuelve a sacar para ver hasta dónde marca. Debe estar entre el mínimo y el máximo. Si tuviésemos que rellenar, no se pueden mezclar diferentes aceites.

Lo mismo con el líquido de frenos: si el nivel está por debajo del mínimo tenemos que rellenar; el líquido debe ser del tipo que recomiende el fabricante, generalmente es DOT 4. Si el cambio de pastillas y/o zapatas está próximo y el nivel no ha llegado al mínimo, no conviene rellenar porque al cambiar éstas se saldría el líquido sobrante. A su vez, el líquido refrigerante: es muy importante no abrir el circuito con el motor caliente porque el líquido puede saltar y provocarnos graves quemaduras. Debe llevar anticongelante para evitar averías a bajas temperaturas y solo se puede echar agua en momentos de urgencia.

Por otra parte, el líquido limpiaparabrisas debe llevar anticongelante y jabón para mejorar su poder de limpieza. También supervisaremos el aceite de la dirección asistida si ésta es hidráulica o electro-hidráulica, pues la mayoría de los coches moernos llevan dirección asistida eléctrica sin aceite.

3. Neumáticos: comprobar presiones y estado de los neumáticos es clave para nuestra seguridad. Debemos revisar que no tengan cortes, abultamientos ni un desgaste excesivo o irregular del dibujo de la banda de rodadura. El mínimo permitido para circular es de 1,6 mm. Podemos medir la profundidad con un profundímetro o simplemente comparando con los indicadores de desgaste que todos los neumáticos tienen en los canales de evacuación de agua de la banda de rodadura.

4. Limpiaparabrisas. La visibilidad es uno de los puntos más importantes para practicar una conducción segura y los limpiaparabrisas son grandes aliados en ciertos momentos. Debemos revisar el correcto funcionamiento de todo el sistema: los difusores de agua, los brazos y el estado de las escobillas del limpiaparabrisas. Conveniene revisar las últimas al menos dos veces al año. Muchos modelos tienen testigos que indican el estado en que se encuentra la goma, pero ante la duda lo mejor es comprobar si barren el agua del parabrisas de forma efectiva. Se cambian en cuestión de minutos, pero hay modelos en los que conviene realizar la operación en un taller.

5. Luces: no es extraño que se haya fundido alguna de las bombillas del coche, podemos comprobarlo en solo un minuto, aunque necesitaremos un ayudante para que pise el freno y poder comprobar las traseras. Cambiar las bombillas posteriores es sencillo. No así, en general, los faros delanteros según modelos, que incluso pueden obligar a acudir a un taller para sustituir una simple bombilla.

6. Repaso visual general: no está de más revisar visualmente el vehículo por dentro, por fuera y el vano motor en busca de posibles piezas sueltas, rotas o pérdidas de líquidos. Con esta operación podemos detectar inicios de averías importantes y hasta evitar accidentes.

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