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El Teatro Real acoge El Sorteo Extraordinario de Navidad, en el que aficionados, curiosos y personajes de lo más variopinto ataviados con disfraces hacen cola desde la madrugada - EFE

El «bombo loco», legionarios y «niñas talismán»: las anécdotas de la Lotería de Navidad

Los disfraces y alguna que otra bola atascada han marcado este 22 de diciembre

Madrid Actualizado: Guardar
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Ha sido una maratón de unas cinco horas de duración y una vorágine de números. Un tiempo de tensión para muchos (los deseosos de poder llevarse a casa un buen pellizco), pero también un día de alegría y jolgorio para otros tantos para los que, a pesar de no ganar ni un euro, la jornada ha sido especial. El mayor ejemplo de ello podrían ser los centenares de personas que, con horas de antelación, se arremolinaban ante las puertas del Teatro Real esperando pacientemente a que se abrieran las puertas. Muchos de ellos, con la ilusión de tener los mejores disfraces de la Lotería de Navidad.

Cuando se abrieron las puertas y aquellos que hacían pacientemente cola accedieron a las butacas, se pudo ver de todo.

Desde un «papa» bendiciendo los bombos desde la lejanía con un curioso cartel («Soy su santidad el Papa Chuchi II y vengo a la lotería»), hasta una curiosa institutriz masculina con unas gafas bastante horteras y un niño pequeño (de plástico, eso sí) en sus brazos. «El disfraz es reciclado de carnaval», explicaba nuestro último protagonista ante las cámaras.

Tampoco faltaron el «Camaleón Cañizares» (todo un clásico ya del sorteo) y una curiosa pareja: Don Quijote y Dulcinea. Ambos, citando unos curiosos versos («Contaba historias flipantes de caballeria don Miguel de Cervantes») a todo aquel que quisiera escucharles. Y entre ellos, algunos desconfiados con miedo de que no les quitasen el sitio, y algún madrugador que -tras toda la noche en la cola- no pudo evitar quedarse «roque» sobre la butaca cuando comenzó la Lotería de Navidad. Pero ya se sabe, el que algo quiere (tener sitio), algo le cuesta (padecer sueño). Ya lo decía uno de los presentes: «Ahora voy a aprovechar para dormir tres o cuatro horas, ya que estoy dentro».

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También fue un día especial para Manoli. Una mujer de 80 años que lleva desde 2011 entrando la primera al Teatro Real para asistir al sorteo y que, hoy también, ha cumplido con su tradición. En este caso, disfrazada de Hada Madrina. «Llevo aquí desde las nueve y media de la mañana del miércoles Este año he tenido que irme un momento porque he tenido un problema, pero luego he vuelto. Hoy tocaré los números con la varita mágica», explica.

Justo por detrás de ella estaba Rafael, quien ha llegado desde Barcelona y ha pasado la noche en la cola con el uniforme de legionario que llevó en su juventud.

Todos ellos venían calientes ya que, pocas horas antes de la apertura de las puertas, en la terraza de la cafetería colindante con el Teatro Real, repartían chocolate con churros para las personas que esperaban. Al fin y al cabo, y como explica el anuncio de la Lotería de Navidad, hoy era buen día para compartir. Así han estado las cosas hasta que, entre aplausos del público y más de una imitación de los niñoss de San Ildefonso (es lo que tiene su característicos «tonillo») ha comenzado el sorteo.

«Bombos locos» y mucho sueño

Una vez que han empezado a salir las bolas, las curiosidades y las anécdotas de la jornada se han limitado a algún que otro error por parte de los miños de San Ildefonso (¡lo entendemos chicos, son demasiados números!) y unos silencios en los que, mientras los pequeños pensaban qué cifra debían cantar, al público se le subía el corazón a la garganta. Y es que, para aquellos que vivan en una cueva y no hayan seguido jamás el sorteo, la espera implica que viene un premio de los gordos (o el mismísimo «Gordo», vaya).

Con todo, la anécdota de la jornada ha estado en los dichosos «bombos locos». Y es que, los otros protagonistas de la Lotería de Navidad han dado algún que otro fallo (en dos ocasiones no han dejado que salieran las bolas, los condenados) y ha sido necesario darles una vuelta extra y no prevista para que se pensasen mejor si cumplir con su cometido. También, como dato curioso, ha sido reseñable que este año le hemos ganado un minuto al reloj, pues los niños han empezado a cantar los números un minuto antes que en 2015.

Durante la mañana, además, seguro que muchos habrán sufrido al ver los calores que el pobre Josué Guaman (uno de los encargados de cantar los primeros números de esta feliz jornada) ha pasado. Y es que, número tras número, el pobre niño de San Ildefonso se atusaba el pelo para secarse el sudor que le caía por la frente. Con todo, el «peque» se ha ido contento para casa, pues ha sido uno de los que más premios ha gritado al auditorio con sus (por otro lado) potentes pulmones. ¡Uno de los ganadores de este día!

No obstante, ni los cánticos de este pequeño han logrado levantar los ánimos durante la primera hora del sorteo. Algo lógico, por otro lado, pues entre el primer y el segundo premio que han caído de los bombos han pasado sesenta minutos. Tampoco ha ayudado que los primeros en llegar fueran los quintos, los cuales han sido recibidos con cierta frialdad entre los asistentes.

Niñas talismán

Pero, si por algo se ha destacado este 22 de diciembre, ha sido por la presencia de las que, a partir de ahora, serán las «niñas talismán». Lorena y Nicol. Estas dos pequeñas han sido las que han cantado «el Gordo» de este año. Hasta aquí, todo normal. Sin embargo... ¡También hicieron lo mismo el pasado! Si a todo ello le sumamos que han repartido también más premios en sus tablas, no dudamos de que sus padres pasarán -a partir de ahora- los billetes de lotería por sus respectivas espaldas.

El caso Lorena es agridulce, pues -a sus 13 años- esta será su «última convocatoria». Con todo, la pequeña no perdió tras el evento su ánimo: «Estoy muy contenta y ha sido una muy buena experiencia». Nicol, por su parte, cuenta 11 primaveras, así que podrá volver a participar. «Pensé que no iba a sacar el Gordo», ha explicado. No sabemos si este año tendrá suerte y volverá a recibir (como en 2015) una tablet de regalo tras el evento. Lo que seguro que no le faltará es el orgullo de su madre, quien afirmaba a voz en grito que España no se olvidase de su hija.

Por último, nos gustaría dedicar unas líneas a una serie de casualidades que pondrían los pelos de punta al afamado Iker Jiménez. La primera es que, este año, el primer cuarto premio (59444) y el primer quinto (22259) cuentan con dos similitudes: incluyen un 59 y tres cifras iguales. También ha destacado que tres grandes premios han sido vendido en Sort y San Pedro del Pinar, y que el pueblo en el que se rodó el anuncio de la Lotería de Navidad (donde, por cierto, se hacen rutas turísticas mostrando los lugares de grabación) se ha llevado su pellizquito.

¡Hasta el año que viene!

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