Zulema González, en el centro, acompañada por sus dos compañeras de juego al saltar al campo
Zulema González, en el centro, acompañada por sus dos compañeras de juego al saltar al campo - miguel muñiz

Las mujeres mandan

Ayer, en Ribadumia, se celebró el primer partido de categoría nacional con un trío arbitral compuesto solo por féminas

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¿Pero qué pasa hoy aquí? Parece un partido de Primera». Los aficionados que llegaban rezagados al campo de la localidad pontevedresa de Ribadumia se sorprendían de la expectación generada por el partido que disputaba su equipo. Aunque el fútbol amateur y semiprofesional levanta pasiones en Galicia, y no es extraño ver en cualquier pequeño municipio encuentros de Segunda regional con centenares de aficionados en las gradas, la presencia de numerosas cámaras de televisión llamaba la atención este domingo. La de ayer no era una jornada más y los mismos que se extrañaban al entrar volvieron a asombrarse cuando los conjuntos saltaron al terreno.

Delante de las formaciones iniciales del Ribadumia y del Boiro, su rival, hizo su aparición el trío arbitral, compuesto, por primera vez en una categoría de nivel nacional, íntegramente por mujeres.

A la juez principal, Zulema González, que se convirtió esta temporada en la primera gallega que llega a este nivel, la flanquearon las asistentes Elena Casal y Alicia Andrés, que desempeñan su labor habitualmente en la Preferente Sur gallega. Las tres adscritas al colegio vigués, la casualidad quiso que se convirtiesen en noticiala misma semana que unajoven juez de línea asturiana, Zaira Morales, anunciaba que dejaba el arbitraje por sufrir insultos en un partido de base.

En pleno debate sobre el machismo y la violencia en los campos, el foco se colocaba sobre la afición gallega para ver cómo se comportaba en una ocasión tan especial como la de ayer. Desde los primeros minutos, Ribadumia quiso que imperase la normalidad. Pese a que se le convirtió en protagonista mediática del choque, González hizo lo que se le pide a un árbitro: intentar que se notase lo menos posible su presencia sobre el césped. Dejó jugar, no perdió la posición y manejó bien cada una de las situaciones del partido. Mediada la primera parte, el equilibrio se rompió. Los locales se adelantaron gracias a un gol de Nando y al Boiro, sobre el papel uno de los favoritos para el ascenso, le entraron las prisas. Los jugadores quisieron meter presión al trío arbitral y la grada salió en su defensa: «Atended a jugar y dejaos de protestar», increpaba algún aficionado local.

Más allá de algunos murmullos casi clandestinos, el público mostró un respeto hacia las colegiadas que para algunos pudo resultar hasta sorprendente. En la segunda parte, el choque se volvió bronco y González tuvo que tirar de cartulinas, llegando incluso a ser aplaudida por la grada después de adoptar una decisión salomónica al amonestar a un jugador de cada equipo después de un rifirrafe. El banquillo local ni siquiera le reprochó que expulsase a su goleador tras una acción inocente. «Nando, te han echado por pardillo» y más de un «pues sí que es tarjeta» se escuchaba casi entre dientes. La tensión del duelo no dejó de subir con el paso de los minutos y el empate del Boiro trasladó el nerviosismo al bando local. Pero a Zulema González no le tembló el pulso y se atrevió a mostrar cartulina roja directa a un defensa del Ribadumia a cuatro minutos del pitido final. No hubo protestas.

Apoyo desde las gradas

Con el partido terminado y un punto para ambos, llegaron las valoraciones. El presidente de la Federación Gallega, Rafael Louzán, natural de la localidad pontevedresa, se mostraba completamente satisfecho. «Ha sido un arbitraje fantástico. La experiencia no puede ser más positiva», expresó confiado en que situaciones como esta sirvan para impulsar la presencia de más mujeres en el arbitraje. «La igualdad también debe llegar a los campos, durante demasiado tiempo el fútbol ha sido solo cosa de hombres». Junto a él se encontraba el presidente del comité de árbitros, Fernando Iglesias, y medio centenar de colegiados que arroparon a su compañera. Entre ellos, Eugenia Gil, la que previsiblemente será próxima mujer en dirigir partidos de la Tercera gallega.

Zulema González atendió a ABC nada más cubrir el acta del encuentro. Con la sonrisa en la cara por un trabajo bien hecho, confesó que la lluvia y el viento le ayudaron a «abstraerse del ambiente» y que afrontó el choque «con más nervios de lo habitual por la expectación que había», aunque puntualizó que «cuando el balón empieza a rodar te olvidas de todo».

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