El atractivo Richard Gere sigue poniendo nerviosos a público y periodistas. :: JAVIER ETXEZARRETA / EFE
Sociedad

«Me dio pena ver a Clint Eastwood apoyando a Romney»

La estrella de 'El fraude' abre el Festival de San Sebastián con un 'thriller' donde encarna a un remedo de Bernard Madoff Richard Gere Actor

SAN SEBASTIÁN. Actualizado: Guardar
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Se nota en el nerviosismo que provoca en las mujeres de mediana edad, incluido veteranas periodistas que olvidan la grabadora y corren a hacerse una foto con él. Richard Gere es mucho Richard Gere. 'Oficial y caballero' y 'Pretty Woman' siguen pesando en el imaginario colectivo. A sus 63 años, con su mata de pelo gris, sus ojillos y la sonrisa perenne, el actor reconquistó ayer San Sebastián cinco años después de recibir el Premio Donostia.

Gere se acordaba del vídeo que repasaba su carrera cuando recogió el galardón en 2007. «Me conmoví al ver cómo había crecido en pantalla. Esta es mi quinta década en el cine, nunca pensé que iba a suceder. No he tenido ninguna estrategia, solo mucha suerte y una sucesión de personajes maravillosos». 'El fraude' bebe del carisma de un intérprete que nunca ganará el Oscar, pero al que las arrugas y la vida han mejorado como un buen crianza. Y eso que, en origen, el papel estaba pensado para Al Pacino.

El filme que abrió la sección oficial presenta a uno de esos masters del universo que acabaron despeñándose con resultados que ahora estamos pagando entre todos. Un poderoso tiburón de las finanzas que vuela en jet privado, posee mansión en el Upper East Side con vistas a Central Park y tiene una mujer florero entregada a causas filantrópicas (Susan Sarandon). Un seductor a punto de vender su imperio antes de que se descubran sus chanchullos multimillonarios con un fondo de inversión que solo atesora aire. La muerte de su amante en un accidente y su huida del lugar precipitan que su mundo empiece a desmoronarse.

«Lo atractivo de mi personaje es que nos identificamos con sus cualidades, nos despierta sentimientos de amor y odio», describe Gere mientras hace correr entre sus dedos las cuentas de un rosario budista. «Mis amigos se enfadaron cuando les conté que iba a dar vida a un tipo así. Es un macho alfa, pero no creo que disfrute humillando a la gente, simplemente le gusta tener a todos los que le rodean bajo control. Es ese tipo de gente que tiene que ser el centro de atención en todas las reuniones. Todos tenemos dentro la semilla para ser así».

'El fraude', un 'thriller' sin tiempos muertos pero sin cuyas estrellas no tendría caché para inaugurar San Sebastián, trae al recuerdo a Bernie Madoff, el único ejecutivo entre rejas tras la debacle financiera a la que condujeron las malas prácticas financieras. «El sistema judicial en Estados Unidos no funcionó con esta gente, no sé qué habrá pasado en Europa. Es más, en vez de acabar en la cárcel terminaron contratados por el Gobierno para llevar las finanzas públicas». Gere, que no conoce al ministro Luis De Guindos, cita el caso de Lehman Brothers.

'El fraude' no es una cinta de denuncia del sistema como 'Wall Street', pero logra con pericia que nos preocupe el destino de un tipejo encantador. Gere y su terno Armani caminan con el mismo desparpajo y chulería que en 'American Gigolo'. «Un crítico dijo una vez que yo andaba como un cisne en un jardín», se vanagloria el actor. «Mi personaje no para de caminar en toda la película, es como un tiburón que si se para, se muere. Quiere cerrar el último trato, pero en el fondo sabes que a esta gente solo le detiene un ataque al corazón».

El mérito de Gere es «encontrar al Bill Clinton» de un avaricioso sin remordimientos morales, como tantos que juegan con el dinero de otros. «Más que atesorar riqueza, yo creo que a este gente le pone el juego en su concepción más infantil», reflexiona. «Para los multimillonarios nunca es suficiente. Las satisfacción no es ganar más, sino ponerlo todo en juego en una operación. Qué pena que ese talento no se dirija a algo beneficioso. Mira Bill Gates, cuando empezó no te daba ni cinco pavos para caridad. Y hoy su fundación ha influido más en la salud del planeta que ninguna otra organización». El director de 'El fraude', Nicholas Jarecki, lo expresa de manera más cruda: «En EE UU cualquier idiota puede ser rico». A la hora de escribir el guion, tuvo en mente 'El gran Gatsby' y 'Crimen y castigo'. La brecha entre ricos y pobres en Estados Unidos, similar a la de 1931, demuestra «que no hemos aprendido nada, pero está bien que sigamos hablando del tema», se conforma el realizador.

Richard Gere no puede evitar conducir su discurso a la fe budista y su defensa del Tíbet, en la que se inició hace 25 años animado por Jan Wenner, editor de la revista 'Rolling Stone', y el padre de la actriz Uma Thurman. «En el budismo tibetano tenemos unas figuras que se llaman fantasmas hambrientos», relata a modo de parábola. «Tienen pequeñas bocas y estómagos grandes, por lo que nunca están saciados. Para triunfar económicamente no hay que dejar cadáveres. Lo he discutido con muchos republicanos, a los que solo parece importarles el dinero. A mí no me molesta el éxito, pero me duele la avaricia».

Acompañado de su mujer

Gere ha venido a San Sebastián junto a su mujer, la actriz Carey Lowell, con la que lleva diez años casado y tiene un hijo de doce años, Homer. Juntos regentan un pequeño hotel en Bedford (Nueva York), con un estudio de yoga y un centro de meditación. Pese a su aura zen, el actor tiene ganas de terminar la entrevista. No come carne roja y le van a llevar a Getaria a degustar buen pescado. Tres últimas preguntas.

- ¿Qué le pareció el show de Clint Eastwood dando su apoyo a Mitt Romney?

- Me sentí triste, me dio pena. Qué locura... No tengo ningún problema en que los actores se metan en política, siempre que sean profesionales en su oficio. Creo que su intervención no le ayudó a él ni a Romney. Claro que menos le ayudó el vídeo que han destapado, donde dice que el 47% de los americanos no entran en sus planes. ¿Pero cómo te puedes presentar a presidente si no te importa la mitad del pais?

- ¿Qué piensa de los movimientos sociales de contestación como Occupy Wall Sreet y el 15-M?

- No conozco mucho el 15-M, pero me parece válido que la gente se exprese. Tenemos que escuchar al pueblo, tener en cuenta sus sentimientos. A veces se acusa a estos movimientos de solo quejarse y no ofrecer soluciones, pero esa no es su labor, sería esperar demasiado de ellos. Esa energía pacífica que llena las calles hay que tenerla en cuenta y respetarla.

- ¿En Hollywood también les afecta la crisis?

- No igual que en otros ámbitos, ten en cuenta que las películas que se estrenan ahora se empezaron a preparar hace dos o tres años. La crisis servirá para pensar cómo abaratar largometrajes que cuestan mucho, igual que el márketing. 'El fraude' se va a estrenar al mismo tiempo en salas y en vídeo de pago. Es una manera de aprovechar la promoción y de descubrir que tienes dos mercados diferentes.