El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, durante una conferencia de prensa en Fráncfort. :: EFE
Economia

El BCE sale en auxilio de España

El presidente de la entidad aleja el fantasma del rescate integral con una contundente defensa del euro Draghi desata la euforia al insinuar que podría retomar la compra de deuda

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Por fin. Tras semanas de angustia, dudas y presiones, el BCE salió ayer al auxilio de España e Italia. El presidente de la entidad, Mario Draghi, proclamó que hará «todo lo que sea necesario para preservar el euro». En una rotunda intervención frente a un grupo de inversores, el responsable italiano anunció un viraje completo en la estrategia para estabilizar los mercados. A partir de ahora, las primas de riesgo descontroladas también formarán parte de sus responsabilidades, lo que abre la puerta a reactivar la compra de deuda o la puesta en marcha de medidas equivalentes para combatir la especulación. Los detalles finales podrían conocerse el próximo jueves al término de la reunión mensual del banco central.

El anuncio de Draghi desató la euforia en los parqués. La prima de riesgo cayó en picado y la Bolsa se disparó. La relajación de las tensiones supone todo un balón de oxígeno para España, que esta semana se ha visto a milímetros del rescate integral. Habrá que esperar a la evolución de los próximos días, pero los intereses de la deuda ya están por debajo del 7%, el límite que encendió la alerta roja de un posible salvavidas global.

El presidente del BCE eligió Londres, el mayor centro financiero de Europa, para dirigirse directamente a los inversores que apuestan contra la supervivencia de la moneda única. Y lo hizo con un discurso meridiano, alejado de sus mensajes crípticos habituales. «Dentro de nuestro mandato, estamos preparados para hacer todo lo que sea necesario para preservar el euro. Y, créanme, será suficiente», remarcó con cierto tono desafiante.

En el caso de España e Italia, que se baten a diario con los especuladores para evitar su desplome, las palabras de Draghi fueron una auténtica inyección de esperanza. Hasta la fecha, el banco central había defendido que los ataques a la deuda pública eran un problema de los gobiernos. Es decir, que los ejecutivos estaban solos en su pulso para recuperar la confianza de unos parqués implacables. Pero tras las últimas turbulencias, el BCE reinventa su misión y se prepara para ser mucho más agresivo.

Draghi prometió que la prima de riesgo dejará de ser un asunto exclusivo de los gobiernos. Según explicó, los diferenciales con el bono alemán pasan a estar dentro de su mandato desde el momento en el que «dificultan el funcionamiento de los canales de transmisión de la política monetaria». En otras palabras, los intereses de la deuda han alcanzado semejantes niveles que afectan a la aplicación de cualquier decisión del BCE como la reciente bajada de tipos. En un plano menos técnico, el responsable italiano también admitió que los mercados no están reconociendo los esfuerzos realizados por los países. «Los progresos con el déficit y las reformas estructurales son notables», resumió.

Las palabras de Draghi provocaron una catarata de análisis e interpretaciones. El más repetido augura que la entidad volverá a comprar deuda de España e Italia como ya hizo en agosto del año pasado, otro mes crítico para ambos países. El emisor suspendió estas adquisiciones el pasado febrero después de poner en marcha un plan para inyectar un billón de euros a la banca del continente. Gracias a esta liquidez masiva, los mercados disfrutaron de varios meses de calma y se puso fin a nuevas intervenciones. El Gobierno español, que había pedido insistentemente una nueva ofensiva del BCE, reaccionó ayer con cautela. Luis de Guindos se limitó a recordar que el organismo es «el principal valedor del euro».

Licencia bancaria

Los planes de Draghi también pueden apuntar en otra dirección. La gran alternativa a la compra de deuda pasaría por otorgar una licencia bancaria al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el fondo de rescate permanente que estará operativo en septiembre. Esta idea ya fue esbozada el miércoles por el consejero austriaco de la entidad, Ewald Mowotny. Si se materializara, podría tener un gran impacto porque los socios del euro gozarían de un cortafuegos con fondos inagotables para adquirir bonos, recapitalizar bancos o lanzar nuevos salvavidas a los países vulnerables.

La opción de la licencia bancaria implicaría que España e Italia podrían necesitar un respaldo adicional de sus socios. Hasta la entrada en funcionamiento del Mede, ambos países podrían volver a sufrir las embestidas de los mercados. En este escenario, tendría que recurrirse al fondo de rescate provisional, una posibilidad que el Eurogrupo parece dispuesto a explorar. Según el diario muniqués 'Süddeutsche Zeitung', tanto el Gobierno germano como los socios de la moneda única estarían listos para aprobar la adquisición de bonos españoles. El Ejecutivo de Rajoy tendría que solicitarlo primero y la ayuda conllevaría una vuelta de tuerca con los ajustes.