Más impuestos para poner coto al déficit

«Gasta siempre una moneda menos de lo que ganes». Esta máxima dictada por el historiador italiano Cesare Cantú en el siglo XIX resume la sabiduría atesorada por la parte de la ciencia económica que estudia la gestión de presupuestos, ya sean de una familia, de una empresa o de un país. Cuando ese mandato elemental se incumple, como sucedió con las administraciones públicas españolas en esta crisis, surge el déficit. Un problema que el próximo Gobierno deberá resolver mediante ajustes que implican recortes de gastos y aumentos de los ingresos.

Los expertos dan por descontado que Mariano Rajoy acometerá duras medidas de ahorro. Pero cada vez más voces avisan de que no bastará con recortar y de que habrá que subir impuestos a medio plazo. Y el IVA, un impuesto impopular pero también una auténtica máquina de hacer dinero, vuelve a estar en el punto de mira. La Comisión Europea ya pidió una subida de ese tributo en junio pasado. Desde entonces organismos y entidades como el servicio de estudios del Banco de España y la patronal bancaria (AEB) han hecho suya la propuesta.

El horizonte es sombrío. España está en recesión técnica (el crecimiento del PIB fue nulo en el tercer trimestre), y cada vez más analistas como la Fundación de las Cajas de Ahorros y el BBVA alertan de una recaída en el último cuarto del año. Eso significa que el futuro Ejecutivo deberá afrontar también un desplome de los ingresos, de los que dependen, por un lado, el obligado recorte del déficit y, por otro, la inversión pública y servicios como la sanidad, educación y el pago de las prestaciones de paro y pensiones, que Rajoy ha prometido mantener.

Al parón de la actividad -que reducirá los ingresos por IRPF, Sociedades e IVA- se suma el problema del déficit. CEOE y el Círculo de Empresarios pronostican que España incumplirá el compromiso adquirido ante Bruselas de reducir al 6% del PIB este año el agujero de las cuentas públicas. Los analistas dan por hecho que el Estado hará su parte del trato (rebajar su déficit al 4,8%) pero dudan de la capacidad de las comunidades autónomas para alcanzar el 1,3% que les toca. Por si fuera poco, el plan de consolidación fiscal exigirá en 2012 un ajuste adicional mínimo de 16.000 millones para dejar el déficit público total en el 4,4%. Para poder cumplir sus promesas, el Gobierno deberá sacar dinero de donde sea.

Ajuste multimillonario

El pasado 9 de noviembre Rajoy declaró que no pensaba subir el IVA «en principio, luego vamos a ver cómo evolucionan las circunstancias». Una negativa cautelosa y ambigua, que los expertos creen que el líder del PP no podrá mantener mucho tiempo. Fuentes de la Agencia Tributaria adelantan que este año «no se cumplirá el presupuesto de ingresos» (253.438,46 millones) y en 2012, si la actividad entra en recesión y el gasto público sufre otro recorte multimillonario «desde luego los ingresos volverán a bajar». Para sanear las cuentas hay varias opciones y «la más clara es subir el IVA», señalan.

Las fuentes consultadas reconocen que hay «margen» para aumentar el IVA porque España tiene uno de los gravámenes generales más bajos de Europa, el 18%, inferior al 23% de Grecia, Portugal, Finlandia y Polonia; el 21% de Bélgica; el 20% de Reino Unido e Italia o el 19% de Alemania. Solo Chipre y Luxemburgo (15%) tienen un tipo general más bajo que España.

El secretario general de la agrupación de técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, corrobora que «hay pocos países con tipos tan bajos como los nuestros». Subir dos puntos el gravamen general generaría 5.000 millones adicionales cada año, según los especialistas. La cara negativa es el daño que causaría al consumo la consiguiente subida de precios, sobre todo en los hogares con rentas más bajas, que verían muy mermada su capacidad de compra.

Tabaco, alcohol y gasolina

La Agencia Tributaria estudia otras opciones como reformar el impuesto de Sociedades, que grava los beneficios de las empresas, para reducir la capacidad legal de las grandes corporaciones de recortar su factura fiscal mediante deducciones y bonificaciones. «Algunos grandes grupos consolidados pagan casi cero», aseguran fuentes de Hacienda. Gestha, por su parte, propone subir el gravamen de Sociedades al 35% a las empresas que facturen más de 45 millones de euros, lo que según sus cálculos elevaría más de 13.900 millones anuales la recaudación. «Pero creemos que Rajoy no está por la labor», reconocen.

Otra posibilidad sería subir la tributación de las rentas del capital o los impuestos especiales. El problema es que su impacto recaudatorio es menor. Y, en el caso de la gasolina, tendría efectos negativos sobre la inflación y podría desatar movilizaciones de transportistas y agricultores. En Hacienda dicen que los gravámenes de tabaco y alcohol «no tienen la capacidad recaudatoria del IVA» pero no descartan una subida.