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Un cambio que trae nerviosismo e inestabilidad al xerecismo

JEREZ. Actualizado: Guardar
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El regreso al poder de Joaquín Morales deja muchas preguntas en el aire. Para empezar, ¿qué pasará con Antonio Millán? El abogado jerezano lleva ejerciendo como presidente de un consejo de administración meramente representativo y condicionado por las diferencias de criterios entre sus miembros. Bueno, más que entre sus miembros, entre el propio Millán y el resto de directivos, jerezanos incluidos. Desde que se supo que los incidentes acaecidos en el proceso concursal ya se habían solventados, el presidente, de momento, del Xerez sabía que su cargo tenía fecha de caducidad. De hecho, él mismo aseguraba a LA VOZ que en marzo iba a finalizar su mandato, precisamente, fecha en la que se estipula que el empresario de Dos Hermanas vuelve a dar la cara para apostar de nuevo por el Xerez. A pesar de que por activa y por pasiva Morales dice que no tiene nada que hacer en el Xerez. Tiene una deuda que el proceso concursal se encargará de sufragar y acciones que no valen nada, al menos de momento. Tiene también unas acciones que devolver, ese 11,5% pignorado perteneciente al Ayuntamiento de Jerez y que desde muchos rincones del xerecismo piden que sean patrimonio de la Fundación, una Fundación que, a todo esto, deja su futuro en el aire.

En ese apartado siempre se han postulado tanto Antonio Millán como Javier Tebas. El abogado madrileño habría tenido que acceder a que esa representación de las acciones de Federico Souza pasen a manos de Morales, aunque ha defendido desde siempre a capa y espada la labor de Millán. Con el fin de la primera parte del proceso concursal su trabajo como abogado del concurso se da como finalizada, pero no así la de representante legal tanto de Souza como de Morales. Una posible venta (el abogado ha comentado en varias ocasiones que ya tiene una persona interesada en las acciones del Xerez Deportivo) incrementaría su relación con el club en el papel de intermediario, aunque ha tenido ciertas rencillas con Morales que posiblemente hayan perjudicado su relación.

Lo que sí está claro es que, con esta operación, se va al traste un sueño para el xerecismo, el que sea alguien de Jerez el que esté al mando. El reparto accionarial que suponía el requerimiento de las acciones por parte de Ayuntamiento o empresarios como Rafael Mateos o Francisco Pineda iba a dejar el gobierno del Xerez «en manos del consenso», como destacó Antonio Millán hace bien poco, ya que el nazareno iba a quedarse con un nimio 17%. Un consenso que, tras estas últimas acciones entre Morales y Souza, tardará en llegar.