Una escalofriante imagen de 'REC 3'. :: FILMAX
Sociedad

Vuelven los zombis de 'REC'

Paco Plaza rueda la tercera entrega de la lucrativa saga de terror, que desvela el origen del letal virus

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Una emperifollada novia vestida de blanco posa para la foto junto a sus damas de honor. Todo son risas. La acompañan decenas de invitados, también de punta en blanco, acicalados para la ocasión. El día más feliz en un escenario idílico, un majestuoso caserón a las afueras de Sant Pere de Ribes, a pocos kilómetros de Barcelona, donde se celebra el banquete de boda, con frondosos jardines, y un día radiante. Pero sospechamos que este día soñado de inmensa felicidad se va a torcer. Y es que nos encontramos en el rodaje de 'REC 3: Génesis'. Donde los ríos de sangre están asegurados.

El realizador valenciano Paco Plaza vuelve con la tercera entrega de la saga que ha sembrado el terror en las butacas de medio mundo. El taquillazo conseguido en las dos primeras entregas -13 millones de euros en España- ha hecho plantearse a Plaza y a su compañero de batallas, Jaume Balagueró, la realización de una tercera y cuarta película para la serie. Pero esta vez se han repartido el trabajo: Plaza realiza en solitario 'REC 3: Génesis', y Balagueró se encargará de la cuarta entrega 'REC 4: Apocalipsis', que cerrará la saga.

El director grita «¡corten!» a la escena de la sonriente novia acompañada de sus damas de honor. Se reanuda la toma y la bandeja de un camarero vuelve a caerse al suelo con un estruendo. La novia (Leticia Dolera, compañera del realizador en la vida real) le recrimina su torpeza. El gesto del patoso camarero es un preludio de que el banquete nupcial acabará como el rosario de la aurora. Argumento que Plaza no duda en definir como una «metáfora del matrimonio». «Esto le pasa a muchas parejas. Al principio todo es muy bonito, pero lo que parece tan maravilloso se puede convertir en un infierno con la convivencia».

El cineasta confiesa su temor a que el filme provoque «una caída en el índice de enlaces matrimoniales en España», por eso no la recomienda a ningún pretendiente que dude de la palabra de su amada. «Si sufres porque no estás seguro de sus sentimientos hacia ti, de que realmente se quiera casar contigo, mejor que no la lleves a ver la película». Y es que Plaza recupera el tono jocoso que tenía la primera película de la serie. «Tendrá incluso más humor que REC», promete.

La historia está planteada como una precuela de la primera película. En esa boda se encuentran los orígenes del tremebundo virus que convierte a todo aquel a quien infecta en una criatura violenta y sedienta de sangre, y que hizo ir de cabeza a la intrépida reportera protagonista de 'REC'. La casa de los horrores de la primera y segunda entrega, en el número 34 de la barcelonesa Rambla de Catalunya, es sustituido por el imponente caserón en Sant Pere de Ribes, edificio que durante años albergó un lujoso casino, y que ahora acoge convenciones y celebraciones de banquetes nupciales.

Disparate nacional

Desde uno de esos lujosos salones Plaza explica que el cambio de localización también ha venido acompañado de modificaciones en el planteamiento técnico. «El punto de vista no será del todo subjetivo», asegura. El espectador no verá solo lo que quede registrado en la cámara de los protagonistas de la trama, recurso con el que consiguió una brutal sensación de realismo, explotando la técnica del falso documental.

También se está rodando en exteriores, lo que aliviará en parte la asfixiante claustrofobia de las dos primeras entregas. Pero conserva los ingredientes que han enamorado a los fans del género: los zombis, vísceras y chillidos. «Hemos sido fieles al universo REC, a esa combinación entre humor negro y terror claustrofóbico de la saga», garantiza Plaza, a quien también le gusta definir la serie como «una combinación del disparate nacional más esperpéntico con la violencia más dura».

A Leticia Dolera, que sustituye a Manuela Velasco, la acompaña Diego Martín. Actores que el director ha escogido por «su calidez y su cercanía». «Son dos protagonistas a los que el espectador amará».