Michelle Rodríguez, en una secuencia de 'Invasión a la Tierra'. :: RICHARD CARTWRIGHT / EFE
Sociedad

«Soy un poco antipática y me pongo arisca con la gente»

La texana regresa al cine con 'Invasión a la Tierra', una producción donde los 'marines' intentarán evitar un desembarco alienígena Michelle Rodríguez Actriz

LOS ÁNGELES. Actualizado: Guardar
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Extraterrestres violentos contra 'marines' estadounidenses. Objetivo: salvar Los Ángeles y, de paso, evitar que nuestro planeta sea invadido. Con este planteamiento, llega mañana a las pantallas españolas 'Invasión a la Tierra', una superproducción dirigida por Jonathan Liebesman ('La matanza de Texas. El origen', 'The Killing Room') con Aaron Eckhart y Michelle Rodríguez como rostros más conocidos. La actriz texana se mete en el papel de una sargento de las Fuerzas Aéreas especialista en comunicaciones.

Rodríguez vuelve a participar en una gran producción hollywoodiense después de que su paisano Robert Rodríguez la recuperara para 'Machete' tras su tormentoso paso por 'Perdidos'. Su papel fue acortado después de sus problemas con la ley. Fue arrestada en varias ocasiones por conducir bajo los efectos del alcohol y por saltarse la libertad condicional. Ahora intenta limpiar su imagen y volver a la primera fila de la industria.

-¿Cree en los extraterrestres?

-Espero que sean más inteligentes que nosotros, menos agresivos y violentos de cómo los hemos representado en la película. Tal vez no seamos capaces ni de reconocerlos.

-Vuelve con un papel de mujer dura y rechazada.

-Los 'marines' se consideran la élite de las fuerzas armadas. Piensan que su entrenamiento es más duro que el de los demás y que hacen mucho con lo poco que tienen. A mi personaje, una sargento técnica, a estos tíos de la primera línea no les gusta. A mi personaje le gustan los ordenadores, le gusta investigar y estudiar.

-¿Cómo es Jonathan Lieberman?

-Es un director que se fija en los detalles. No quiere ser cursi y trata constantemente de evitar los clichés. Es muy interesante porque es comercial pero no deja de imprimir su sello, su personalidad. El público cada vez siente más curiosidad por películas inteligentes. 'Origen' rompió el molde en Estados Unidos demostrando que los americanos no son estúpidos. Nos gusta que nos entretengan de forma inteligente y creo que la película de Nolan lo consigue.

-¿Tuvo que prepararse de alguna forma especial para el papel?

-Me sometí a tres semanas de entrenamiento militar. Pero lo normal es que no haga nada, absolutamente nada de ejercicio. Esto es pura genética (muestra sus brazos), aunque tengo que reconocer que me gusta ir a disparar y saltar en paracaídas desde un avión. Pero por lo demás, no suelo hacer ningún programa especial o deportes.

-¿Le molesta tener esa imagen de mujer dura?

-Me la he buscado (risas). He elegido una serie de personajes que de forma invariable me han creado esa imagen. Me siento cómoda siendo una mujer dura que no quiere sacrificar nada. Un día me dije a mí misma que si voy a rodar grandes películas e inspirar en tres segundos a una niña a sentirse fuerte, bienvenida sea esa imagen. Prefiero eso que rodar películas independientes que apasionan a cinco personas, se llevan muchos premios pero no inspiran a nadie.

-¿Cómo se enfrenta a la fama?

-No soy una celebridad (risas). Una persona puede caminar conmigo por la calle sin molestias.

-¿Jamás la paran por la calle?

-A veces. Eso me incomoda. Soy un poco antipática y me pongo arisca con la gente. No me gusta que nadie me moleste. Me cuesta entender que la fama es parte de mi trabajo como actriz.

-No suele ser una actitud habitual en una estrella de Hollywood.

-Llegue a esta industria con 'Girlfight', una película de boxeo. No soy una mujer antipática, soy razonable. Simplemente no me gusta que me obliguen a hacer algo que no quiero.

-¿Y esto enfada a los mandamases de la industria?

-No lo entienden porque todo el mundo es muy sumiso en esta industria. Por eso, actores como Vin Diesel o yo misma no nos llevamos bien con los ejecutivos. Vin es un gran amigo mío. Nos identificamos el uno con el otro porque la realidad que vivimos no es la de Hollywood. Soy rebelde y lo digo. Por eso peleo.

-¿Le cuesta controlarse cuando todo el mundo le dice que sí?

- A mí no me dice todo el mundo que sí a lo que digo. Al contrario. Me dicen que no (risas). Pero sé lo que quiere decir. Muchos actores se comportan como si tuvieran dos años y fueran incapaces hasta de utilizar un pañuelo de papel. Yo sé actuar y cómo hacer bien mi trabajo. De eso se trata, todo lo demás es añadido. No soy una mujer a quien le mueva su ego, como a la mayoría de mis compañeras, y eso es precisamente lo que a mí me lleva a tener problemas.