Sociedad

Llueven mirlos en América

Los científicos buscan las causas de la muerte masiva de aves y peces registrada en EE UU en los últimos días

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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El nuevo año no ha podido arrancar con peores augurios en el profundo sur de Estados Unidos. Las misteriosas muertes de cientos de miles de peces y aves que se suceden sin cesar desde el primero de enero en un vasto territorio de los Estados de Arkansas, Luisiana y Kentuky tiene perpleja a la comunidad científica. Abrumados por la magnitud del desastre, muchos residentes desafían la lógica de la naturaleza y empiezan a pensar que se trata lisa y llanamente de un anticipo de los males de proporciones bíblicas descritos por Nostradamus en sus profecías del fin del mundo previstas para 2012.

La primera 'lluvia de pájaros' muertos tuvo lugar en la pequeña localidad de Beebe, en Arkansas, horas después de que sus habitantes dieran la bienvenida al año nuevo con una traca de fuegos artificiales. «Había tantos en las calles que era imposible conducir sin pasar encima de ellos», describió Robby King, funcionario del condado. Los que se apresuraron a atribuir el fenómeno al estruendo de los petardos pronto verían desautorizada su teoría porque en otros puntos alejados de las áreas urbanas las aves han seguido cayendo del cielo como moscas. A los cinco mil mirlos de Beebe les siguieron tres mil en Kentuky y otros quinientos pájaros de la misma especie que aparecieron ayer desparramados a lo largo de una carretera cercana a Baton Rouge (Luisiana), situada a más de 500 kilómetros de distancia.

Jim LaCour, un veterinario que trabaja para el Departamento de Medio Ambiente y Pesca de Luisiana, descubrió que muchos de los pájaros mostraban lesiones traumáticas, por lo que se estima que pudieron haber chocado con cables de alta tensión ubicados cerca de las autopistas. La cuestión que no plantea el experto, sin embargo, es qué motivó que tantos pájaros acostumbrados a sortear obstáculos de ese tipo fueran esta vez a estrellarse en un área tan pequeña. En el caso de Arkansas, los investigadores siguen apuntando al ruido producido durante de los festejos del Año Nuevo como desencadenante de una estampida nocturna que luego provocó traumas masivos en las aves.

No menos misteriosas han sido las muertes, en las mismas fechas, de unos cien mil peces en un área de unos 32 kilómetros del río Arkansas. La Comisión de Caza y Pesca del Estado trabaja con la hipótesis de que la mortandad es consecuencia de una enfermedad devastadora, dado que casi todos los peces pertenecían a la misma especie. Según este organismo, las muertes de peces y aves en Arkansas no estarían relacionadas.

Quizá la imagen de un pueblo salpicado de pájaros muertos tenga algo de macabro y surrealista, pero la lluvia de animales no es un fenómeno nuevo. Ayer mismo, en la localidad sueca de Falkoping aparecieron en la nieve los cadáveres de decenas de mirlos. En 2007, miles de ranas diminutas cayeron vivas del cielo en el pueblo español de Rebolledo y, cada año, entre mayo y julio, los habitantes de la localidad salvadoreña de Yoro aseguran que llueven peces.

Son acontecimientos que no por ser relativamente frecuentes dejan de alimentar leyendas. También en Arkansas cayeron patos muertos hace varios años, si bien en aquella ocasión fueron apenas unas cuantas docenas. Nadie en estos territorios del sur de EE UU había visto lluvias de pájaros como la de estos primeros días de 2011.