Mujer, mayor de 45 y con cargas familiares: las víctimas del cierre

Quienes trabajan en la actividad del telemarketing en Jerez se dividen en dos: los que lo hacen en la antigua Facultad de Derecho y los que, hasta el momento, desempeñan su labor en las instalaciones de las antiguas bodegas Dios Baco. En este último caso, el perfil de la plantilla es claro: mujer, mayor de 45 años, 'mileurista' y con cargas familiares.

La presidenta del comité de empresa, Isabel Sánchez, asegura que «aproximadamente el 75% de los trabajadores son mujeres y alrededor de la mitad tiene más de 45 años». En bastantes casos, además, se da la circunstancia de que «el único sueldo que entra en casa es el suyo».

Pero la situación empeora cuando «hay unidades familiares trabajando, como una madre y un hijo, o una pareja». Ellos serán quienes se verán abocados a la peor de las situaciones.

«La mayoría llevan trabajando unos tres años en Bouncopy, de los cinco que lleva la empresa aquí en Jerez», indica la presidenta del comité. Isabel García se pregunta «qué va a pasar con todas estas personas, muchas de las cuales tienen complicado que las admitan en otras empresas porque ya son mujeres de cierta edad».

Fue el 29 de septiembre de 2005 cuando Bouncopy abrió sus puertas en Jerez, suponiendo una esperanza para el empleo en una ciudad que ni por asomo se imaginaba una crisis como la que se está padeciendo. La alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, y el entonces delegado de Urbanismo, Pedro Pacheco, avalaron con su presencia la puesta en marcha de la nueva empresa. Ésta traía bajo el brazo unos tres millones de euros de inversión inicial y anunciaba la creación de medio millar de empleos. Poco después, en pleno auge de las 'call center' en la ciudad abría sus puertas Qualytel.

Indemnizaciones

La presidenta del comité de Bouncopy recuerda que «la firma en su día se portó muy bien y llegó a hacer a la mayor parte de la plantilla indefinida». Concretamente, 241 de 277 empleados. Es por ello que «hoy en día le van a costar caras las indemnizaciones».

De la plantilla destaca además que es gente «con muchas ganas de trabajar», aunque al final se hayan encontrado con este jarro de agua fría. Algo de lo que culpa en gran parte a las administraciones, ya que «la empresa pidió un aval a la Junta y no se lo ha concedido».