Antes de pasar todo el día trabajando en la peluquería, Rafael ya se ha corrido la Bahía hasta San Fernando./ ANTONIO VÁZQUEZ
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Rafa corre que se las pela

Rafael Gómez Albela. De profesión, peluquero, y de vocación, atleta; este domingo cumplirá su sueño: participar en la popular Maratón de Nueva York

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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En 3 horas y 20 minutos, Rafa corta, afeita, rasura, lava y peina a una media de 15 vecinos de La Laguna. En esa misma marca, espera ser capaz de recorrer los más de 42 kilómetros de la maratón popular más prestigiosa del mundo. Para ello ha recortado sus momentos libres desde ese día de enero en que decidió soltarse la melena y fijó su gran objetivo.

Con pelos y señales. Se trata de Rafael Gómez Albela, peluquero de Pintor Zuloaga y amante del atletismo «desde chiquitito, cuando no se podía hacer otra cosa que correr», comenta el protagonista. Acaba de cumplir 40 años. Durante unas horas ha colgado las tijeras y está volando hacia Nueva York para ser uno de los 40.000 corredores que participen el domingo en la prueba.

«Este año me he preparado más que nunca para cumplir mi sueño». Porque para correr por la Gran Manzana primero se ha tenido que patear la Bahía de Cádiz con un foco en la frente... Perdón, por turnos, que hay cola. Rafa se levanta todos los días a las seis de la mañana, agarra la bicicleta y desde el casco antiguo llega hasta su peluquería para dejar todos sus bártulos y arrancar corriendo hasta San Fernando. Por el carril que discurre junto a la vía del tren, y una linterna en la cabeza para alumbrar la senda y así evitar torceduras y tropiezos innecesarios. También la playa le ha servido de pista, como buen gaditano.

Luego abre su negocio, «todo el día de pie, pelando, porque por fortuna no me puedo quejar», y acaba en el gimnasio fortaleciendo su musculatura y modelando su cuerpo. En total ha perdido 14 kilos. Porque hay que sumarle una dieta estricta rica en proteínas y libre de grasas.

Viene rumiando este momento desde que se apuntó a principios de año al touroperador que selecciona a los atletas que participan «en la carrera más bonita del mundo». Espera que sea una experiencia inigualable. «He leído entrevistas y reportajes y me pone los vellos de punta. Tanto, que durante la maratón llevaré al cuello una cámara de fotos con la que iré captando Brooklyn, Manhattan, el Bronx, Central Park... Son lugares preciosos».

Para evitar aglomeraciones, los atletas salen en tres horarios diferentes (9.40, 10.00 y 10.20), en función del tiempo de cada uno. Rafael es ambicioso. «Quiero mejorar mi marca y estar entre los 10.000 primeros». Los kilómetros no le asustan tras participar en las maratones de Sevilla, Madrid, Berlín, «y en la prueba de la Legión de Ronda, de 101 kilómetros por la serranía. La primera vez que me presenté la terminé en 23 horas, y la última en 17. He mejorado muchísimo».

Fuerza psicológica

No quiere defraudar a sus patrocinadores, la Junta, Diputación y Carmen Braza a modo particular, «que han conseguido que el viaje -unos 3.000 euros- me salga casi gratis. Sólo me ha fallado el Ayuntamiento, con la ilusión que me hacía llevar el nombre de mi ciudad por bandera».

Va creciendo en su lucha contra el reloj y considera que está en el cénit de su carrera, amateur por supuesto. Ha alcanzado la madurez, clave para afrontar «una prueba tan dura. Hay que estar muy preparado psicológicamente, y yo soy muy fuerte de coco. Hay que estar más fuerte de cabeza que de piernas»». Nueva York es el premio a todo ese tiempo robado a su mujer y sus dos hijas pequeñas. De alguna bronca que otra. Pero bueno, ya todo está pasado, así que, pelillos a la mar...atón.

Porque el domingo cumplirá un sueño. Y ya se marca nuevos retos para el futuro. «Me encantaría correr en la Gran Muralla china». Pero aún queda mucho pelo por cortar, mucha barba que afeitar. Y muchos kilómetros por recorrer.