MARATÓN. El ex alcalde ha sido durante estos años un gran aficionado a esta prueba deportiva. / L.V.
Jerez

Se acabó la maratón

La renuncia de Pacheco a seguir al frente del PSA es la sentencia de muerte para un partido que ya agonizaba, y el más que probable final de la carrera política del ex alcalde

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«Es como una maratón, lo importante no es cómo se empieza sino cómo se acaba». Ésta fue una de las frases más célebres y recurrentes de Pedro Pacheco durante su larga etapa como alcalde de Jerez. En varias ocasiones aplicó el símil deportivo a cuestiones de interés general para la ciudad. Su afición por el deporte y por el atletismo le llevó a correr maratones por todo el mundo. Especialmente llamativos fueron sus viajes a Nueva York acompañado de sus más fieles colaboradores para competir en la prueba que se disputa anualmente en la Gran Manzana. Eran otros tiempos. Tiempos de vino y rosas.

Ahora, tras su renuncia a seguir liderando el PSA, pareciera que el propio Pacheco no ha hecho caso ni en lo más mínimo a esa máxima suya con la que arrancaba este texto. Si hiciésemos un paralelismo podríamos comprobar que su carrera, la política, empezó con mucha fuerza allá por 1979; que mantuvo una destacada posición de cabeza durante años; y que, al final, en los últimos metros, sufrió una pájara que le impidió llegar a meta en el grupo de privilegio que siempre ocupó. Es decir, la maratón terminó de la peor manera posible.

Una acuciante falta de visión política, la ausencia de relevos o una ambición mal planteada le llevaron a seguir presente en las escena política local y regional cuando las señales de agotamiento de su proyecto se hacían más que palpables. Su estrepitosa derrota en las últimas elecciones municipales -«nos han dado una paliza», llegó a decir-, la entrega del acta de concejal, su marcha del Ayuntamiento de Jerez y el abandono ahora de la secretaría general de su partido son acontecimientos realmente sintomáticos, especialmente éste último.

Pedro Pacheco, como ocurrió con el extinto PAP, hizo del PSA una formación a su imagen y semejanza, dependiente en todas sus áreas de los designios del líder y sin ningún futuro más allá del suyo propio. El pasado fin de semana los que aún quedan en el barco plantaron cara al capitán ahora que ya no hay casi nada en juego -concejalías, sueldos, cargos...- y el viejo lobo de mar decidió dejarlos a la deriva consciente de que con las vías de agua que ya presentaba la nave su destino se encuentra en las profundidades del océano. El PSA ha perdido el débil pulso que le quedaba y en los próximos meses iremos asistiendo a sus exequias.

Demasiados kilómetros

En cuanto a Pacheco, apostaría a que él también ha decidido plegar velas definitivamente. Han sido muchos años y kilómetros. El dinero se ha acabó hace tiempo y las posibles salidas, también.

No lo veremos en el PSOE como defienden algunos teóricos de la política, y dudo que tenga medios y ganas de emprender otra de sus peculiares aventuras. Este vez la pancarta de meta ha quedado atrás para siempre y aunque el líder terminó la carrera en los últimos puestos, no podremos decir que no fue un digno competidor.