Donald Trump, en una imagen de archivo con el ahora jefe de gabinete, John Kelly
Donald Trump, en una imagen de archivo con el ahora jefe de gabinete, John Kelly - Reuters

Trump se rodea de militares para poner orden en la Casa Blanca

El nuevo jefe de Gabinete, el general John Kelly, intentará acabar con las guerras internas

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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Donald Trump no ha escondido su gusto por rodearse de militares de alto rango en su administración. Él los llama «mis generales» e incluyen a James Mattis, secretario de Defensa; Michael Flynn, el exasesor de seguridad nacional, despedido por sus conversaciones con Rusia antes de la investidura del presidente; y su sustituto en el puesto, H.R. McMaster. También John Kelly, hasta el viernes secretario de Seguridad Interior, nombrado para sorpresa general nuevo jefe de Gabinete en la Casa Blanca.

Kelly es uno de los protagonistas de la última sacudida política en Washington. Sustituye en el cargo a Reince Priebus, un peso pesado del partido republicano en el que Trump había perdido la confianza. Priebus fue fichado para engrasar las relaciones del presidente con las mayorías republicanas Congreso, avanzar la agenda legislativa de Trump y aportar tablas políticas a un Gobierno escaso de experiencia en el campo.

Pero también desde el principio se le vio como una pata floja en la Casa Blanca. Sin grandes aliados -con la excepción de Sean Spicer, el exsecretario de Prensa-, desposeído de autoridad para controlar la acción ejecutiva, fue incapaz de poner las riendas a los anuncios intempestivos de Trump y humillado y menospreciado de forma habitual por el presidente.

Cuenta « The Washington Post» que Trump le mandó llamar en medio de una reunión en la Casa Blanca para que matara una mosca.De los muchos centros de poder en la Administración Trump -el presidente, la pareja Jared Kushner-Ivanka Trump, el estratega Steve Bannon-, Priebus era el más inconsistente. Los problemas afloraron con la llegada de un nuevo elemento, Anthony Scaramucci, el excéntrico nuevo director de comunicación de Trump, cuyo fichaje Priebus desaconsejó.

Scaramucci insultó sin piedad a Priebus, lo acusó de estar detrás de filtraciones y pronosticó su despido.Priebus trató de guardar la compostura tras su despido, tragarse el orgullo y salvar su capital político en un momento en el que Trump es el mandamás republicano. En una entrevista con la CNN, aseguró que «el presidente tiene derecho a cambiar de dirección» y que siempre será «un fan de Trump». «No creo que haya una persona mejor que el general John Kelly para sucederme», añadió.

Soldado fiel

El nuevo jefe de Gabinete tiene ahora la misión de sacar la corneta e imponer disciplina militar en las guerras intestinas que plagan la Casa Blanca. Se espera que Kelly jure su cargo mañana y que su sustituta interina sea su segunda, Elaine Duke. Según algunos medios, el presidente le había ofrecido el puesto varias veces desde el mes de mayo, pero el general siempre se negó.

Hasta ahora, cuando la posición de Priebus se tornó insostenible. Trump está muy satisfecho con el desempeño de Kelly en su anterior cargo, donde ha dado la pelea para defender uno de las decisiones más polémicas de Trump -el veto migratorio a ciudadanos de un grupo de países de mayoría musulmana- y para perseguir a inmigrantes indocumentados e impulsar la construcción de un muro con México.

Su nuevo puesto, sin embargo, es extraño para una persona con el perfil de Kelly, sin experiencia política ni conocimiento de los vericuetos legislativos en el Capitolio. Eso no parece ser un problema para Trump, que prefiere a un soldado fiel que ponga orden, pare el ritmo incesante de filtraciones, impulse la acción ejecutiva y dinamice la toma de decisiones. Su principal desafío -para algunos, misión imposible- será controlar a un presidente errático que gobierna a golpe de Twitter.

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