EE.UU., «preparado» para una guerra nuclear contra Pyongyang

Washington reclama en la ONU las «máximas sanciones» contra Corea del Norte

Donald Trump, junto a su esposa Melania, visitó ayer las zonas afectadas por el huracán Harvey REUTERS
Manuel Erice Oronoz

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El último desafío de Corea del Norte ha obligado a Washington a desplegar toda su actividad. El cada vez más difícil objetivo de frenar la carrera nuclear de Pyongyang vuelve a tener al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como principal foro diplomático , que ya ha abordado de urgencia el conflicto en dos ocasiones esta semana y hasta diez veces en lo que va de año. En paralelo, las voces de protesta y advertencias de Estados Unidos siguen formando parte del día a día de su Administración, empezando por su presidente.

Horas antes de la reunión en la sede neoyorquina de Naciones Unidas, Trump expresó por teléfono al primer ministro japonés Shinzo Abe que su país está «preparado para defender» su territorio y el de los países aliados, lo que incluye poner a su disposición «todas las capacidades nucleares, convencionales y diplomáticas», según informó la Casa Blanca.

El Consejo aprobaría después una declaración unánime de condena al régimen de Kim Jong-un , que incluye la demanda de «las máximas sanciones posibles», dentro de una iniciativa que está siendo ya negociada y que se abordará el próximo lunes. No se descarta que la petición de Estados Unidos sea aprobar un embargo total al comercio con Corea del Norte, a fin de ahogar al régimen.

La sensación de que «el recorrido para una solución» se acaba, en expresión utilizada ayer en la sede de la ONU por la embajadora estadounidense, Nikki Haley , ofrece una doble interpretación. Pese a que el sentido de la expresión de la exgobernadora de Carolina del Sur acerca más que nunca el riesgo de una intervención militar, también se trata de un reconocimiento de que Corea del Norte está alcanzando el objetivo de convertirse en una potencia nuclear, sin que se alcance a ver el remedio para evitarlo.

La propia portavoz diplomática reconoció durante su intervención en el Consejo de Seguridad que desde 1993, año en que Pyongyang decidió quedar fuera del tratado de no proliferación de armas nucleares, la comunidad internacional ha sido incapaz de reconducir la agresiva política norcoreana. A continuación, Haley echó mano de una advertencia directa sobre una posible respuesta militar de Estados Unidos asegurando que Kim Jong-un «está empezando la guerra» y que «ya no queda más camino», afirmaciones que combinó con una apelación a la acción diplomática, «antes de que sea demasiado tarde». Un recurso que sonó a ultimátum.

Contundencia verbal

Pese a que la acción diplomática estadounidense encontró el apoyo inicial de Rusia y China, como ha venido ocurriendo últimamente, Pekín expresó su malestar ante las críticas que recibe de Trump por su inacción para frenar a Corea del Norte.

El jefe del Pentágono, James Mattis , complementó ayer el contundente lenguaje verbal del presidente con un aviso expreso al hermético régimen comunista: «EE.UU. tiene diferentes opciones para la total aniquilación de Corea del Norte». Pese a ello, el pensamiento general es que Washington no va a dar el paso de una intervención militar, que el propio Mattis calificó hace unos días de «potencialmente catastrófico».

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