Estados Unidos

Los republicanos, más unidos, arremeten contra Obama y Clinton

Rubio da otro paso firme, Bush mejora y Carson y Fiorina vencen a Trump, en el cuarto debate

Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A la cuarta, la vencida. Los aspirantes republicanos se mostraron por primera vez con una cierta unidad y coincidieron sustancialmente en identificar a su enemigo electoral demócrata: la política de Obama y la que a su juicio pondría en marcha Hillary Clinton. Bien por el número más reducido de aspirantes, esta vez ocho, que permitió un debate más ordenado, bien por convencimiento personal de que las bases del partido prefieren escuchar críticas al rival que contemplar luchas internas, el enfrentamiento en Milwaukee ofreció una imagen republicana diferente. Se escucharon con claridad propuestas económicas y fiscales, que apuntaron a la reducción de impuestos y a la simplificación de la administración, junto una enmienda a la totalidad a la política exterior de Obama, cuestionada frontalmente por todos los aspirantes, salvo por Donald Trump y Rand Paul.

El senador hispano Marco Rubio volvió a dar un paso sólido. El más aplaudido durante la noche, va forjando un discurso que cala en las bases, a partir del sueño americano que representa su ascendente de cubano humilde: propuestas económicas de alivio para la clase media y la familia, un manejo solvente de la política exterior, en donde consolida la idea de que «Estados Unidos tiene que volver a ser fuerte en el mundo», y, a, diferencia de todos los demás aspirantes, apuesta de relevo generacional, como opción fuerte frente a una Hillary Clinton que se acercará a los 70 años en el momento de la elección presidencial. También anoche volvió a salir airoso de un encontronazo personal, en una confirmación de que es el más efectivo en las réplicas y las contrarréplicas que los demás candidatos. Retado esta vez por el senador por Kentucky Rand Paul, sobre la contradicción de apostar por un mayor gasto militar en el mundo y cuadrar las cuentas, Rubio mostró su rapidez de reflejos y sacó a relucir una frase que encendió a la parroquia republicana: «El mundo es más seguro y está más a salvo cuando América se muestra fuerte».

Jeb Bush se jugaba mucho, y dio un paso al frente desde el principio. Aunque no logra romper en los debates, quizá por su falta de decisión en el cuerpo a cuerpo, al menos en el debate de ayer sus mensajes llegaron más nítidos. Con un cambio de estrategia que devolvió a la crítica a Hillary Clinton y le alejó de su fallido encontronazo con Rubio en el anterior debate, Bush tuvo además por primera vez una victoria parcial frente a Donald Trump. Aunque la intervención de Carly Fiorina, más intuitiva, le obligó a compartir el trofeo. Frente a la teoría del millonario neoyorquino de que la intervención en Siria no puede deparar nada bueno y su habitual presunción de que conoce bien a líderes como Putin, Bush fue el primero en contestar con un «Donald, estás equivocado», después de lo cual le preguntó si se pensaba que la política exterior era como el monopoly. En el mejor momento de Bush apareció Fiorina, que vio cómo la pieza estaba fresca para la caza. Y con una fina ironía, la única mujer entre los aspirantes republicanos propinó a Trump una de las andanadas de la noche: «Donald siempre insiste en que es un gran negociador, pero tiene que saber que no se puede negociar desde la debilidad». Y Marco Rubio, siempre atento a la que salta, terminó por remachar a Trump: «Yo no conozco a Putin, ni he coincidido con él, pero lo que sé es que es un gangster».

En el particular balance en el grupo de los llamados populistas, siempre distanciados de todo lo que huela a la política oficial, a Washington, se puede decir que Carson, al igual que Fiorina, también apareció más convincente que Trump. Aunque el neurocirujano emplea una sobrada verborrea y elude las concretar propuestas, sus apelaciones a los principios le granjearon una buena acogida por parte del público. En el caso de Ted Cruz, más apagado que en el anterior debate y que empieza a padecer el problema de la indefinición, a veces entre los populistas y a veces en el discurso oficial, fue el más contundente en sus propuestas para reducir la administración y quien elevó más el tono en contra de la política económica de Barack Obama.

Ver los comentarios