El presidente de Francia, Emmanuel Macron
El presidente de Francia, Emmanuel Macron - REUTERS

Las reformas prometidas por Emmanuel Macron

Su arrollador triunfo en las elecciones legislativas le brinda la oportunidad de poner en marcha los cambios que prometió durante la campaña

MADRID Actualizado: Guardar
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El partido de Emmanuel Macron, La República en Marcha (LREM, reformista), ha obtenido este domingo una mayoría absoluta incontestable en la nueva Asamblea Nacional, consiguiendo 350 de los 577 escaños de la misma, según la proyección de voto realizada por «Le Figaro». Ahora, el presidente de Francia debe impulsar las reformas prometidas, para los que se servirá de la gran cantidad de poder que acapara gracias a su cargo.

La inatacable potestad del jefe de Estado

Disolver la Asamblea

Se trata de un «arma de disuasión global». Los diputados le deben una cierta obediencia si no desean ser víctimas de una disolución que salva al presidente y amenaza siempre al poder parlamentario.

Jefe de los Ejércitos

Es responsable personal de la diplomacia nacional, puede decidir intervenciones militares exteriores, «ejecuciones extrajudiciales» y tomar decisiones diplomáticas personales que escapan a todo control.

A golpe de decreto

Puede gobernar con decretazos, con dos recursos con poco o nulo control parlamentario: el artículo 43 de la Constitución le permite imponer leyes sin voto parlamentario; las Ordenanzas le permiten imponer leyes sin debate parlamentario.

Poder judicial

A través del ministerio de Justicia (nombramiento personal) proyecta su influencia en nombramientos y funcionamiento de la Justicia, con una tutela sometida veladamente a su voluntad personal.

Nombramientos

Su voluntad es determinante en los nombramientos de todo el aparato del Estado, de las empresas del sector público, la representación del Estado y los distintos niveles de la administración.

Inmunidad

El presidente es inatacable judicialmente durante todo su mandato. Los presuntos delitos pasados o presentes no pueden ser perseguidos ni juzgados hasta que no abandona el Elíseo

Las reformas prometidas

Moralización de la vida pública

Será el primer proyecto de Ley de la primera legislatura. Deberá clarificar la financiación de la vida política, comenzando por las ventajas y responsabilidades de los diputados. El primer esbozo de proyecto destaca por su timidez y ambigüedades, cuando han estallado varios escándalos provisionalmente sofocados.

Modernización del modelo laboral

Será el gran debate del primer semestre presidencial. Está previsto imponer con varios «decretazos» una reforma de la legislación laboral, que la patronal acoge con simpatía pero que no comparten los sindicatos, dispuestos a una posible «prueba de fuerza». Será el punto crucial del mandato presidencial de Macron.

Antiterrorismo

Se está creando una célula especial, en el Elíseo, llamada a centralizar el trabajo de los distintos ministerios (Defensa, Interior, Justicia), dando al presidente un poder de «reacción rápida», confirmada la prolongación indefinida del estado de urgencia nacional.

Educación

Una de las prioridades presidenciales. Nuevos horarios, nuevos programas, ruptura con las reformas de la presidencia de François Hollande, para reforzar la enseñanza básica, en la escuela primaria, recortando el número de alumnos en clase para insistir en las enseñanzas primordiales, desde la infancia.

Finanzas públicas

Ordenada una auditoria del estado de las finanzas públicas, el presidente debiera anunciar su estrategia personal para «restaurar la credibilidad nacional» entre los aliados de la zona euro. Siendo candidato, anunció la supresión de más de 120.000 funcionarios, entre otros recortes.

Pensiones

La forma del modelo social debe comenzar con la reforma del sistema nacional de pensiones, víctima de una «balcanización» excepcional. Macron prometió un modelo único, tras la reforma y progresiva sustitución de los numerosos modelos de pensiones sectoriales.

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