Lilian Tintori, en una de sus visitas a la prisión de Ramo Verde
Lilian Tintori, en una de sus visitas a la prisión de Ramo Verde - REUTERS

Lilian Tintori, una luchadora por la excarcelación de su marido

La esposa de Leopoldo López recorrió el mundo clamando por la excarcelación de los presos políticos en Venezuela

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Desde el primer día que Leopoldo López ingresó en la prisión de Ramo Verde, Lilian Tintori ha mantenido una lucha incansable para conseguir su liberación. La esposa del preso político ha recorrido kilómetros y kilómetros buscando el apoyo de numerosas voces internaciones, críticas con el chavismo y con el Gobierno de Maduro, hasta conseguir que su marido volviera a casa.

Han sido tres años y cinco meses de lucha, desde aquel 18 de febrero de 2014 en que la Policía se llevó a Leopoldo. Ese momento cambió la vida de Tintori y se convirtió en la abanderada de la fuerza y la fe para dar a conocer la situación de Venezuela en el mundo. Llegó incluso a encadenarse en la plaza de San Pedro de El Vaticano.

Todo por un amor que comenzó 14 años atrás, cuando un amigo les presentó en un restaurante. Él ya estaba metido en política y era alcalde de Chacao; ella, una deportista.

Pasaron por el altar tres años después, el 19 de abril de 2007. Él le había pedido la mano unos meses antes bajo dos consignas: la primera, casarse con él; la segunda, hacerlo con Venezuela, algo que cumplió a rajatabla tras la encarcelación del opositor de Maduro. Sin Lilian Tintori y sin su voz, quizás los gritos de auxilio Leopoldo desde Ramo Verde por una condena injusta no se habrían oído. Ella hizo de trasmisora y de altavoz, acudiendo continuamente a la cárcel para intentar ver a su marido, llegando incluso a aceptar vejaciones como desnudarse ante los guardias por tal de que le dejasen entrar.

Hoy es un día feliz para Tintori, que podrá ver a Leopoldo en casa junto con sus dos hijos, Manuela y Leopoldo Santiago, que aún se preguntaban por qué su padre tenía que estar en la cárcel. Su madre les explicó siempre que era un «héroe» y que muchos le tenían miedo, así que les convenía retenerlo, el mismo mensaje que lanzó una y otra vez lejos de su casa.

La mujer de López recorrió el mundo lanzando su mensaje y reclamando la libertad de los presos políticos en Venezuela. No solo la de su marido, sino la de todos los que estaban en su misma situación. Organizó manifestaciones y habló con toda clase de dirigentes políticos para intentar que mediaran y que presionaran a Maduro. Hoy, la liberación de su marido supone el inicio del fin de una lucha que se ha alargado demasiado en el tiempo.

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