Un buque guardacostas nipón patrulla las aguas de las islas Senkaku
Un buque guardacostas nipón patrulla las aguas de las islas Senkaku - REUTERS

Japón desplegará misiles para proteger las islas que le reclama China

Tokio tiene intención de cubrir las Senkaku (o Diaoyu en mandarín) con misiles instalados a unos 300 kilómetros de distancia

CORRESPONSAL EN PEKÍN Actualizado: Guardar
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Sigue la tensión en Asia por las disputas territoriales que enfrentan a sus principales potencias. En un nuevo capítulo de estas heridas sin cerrar de la II Guerra Mundial, que concluyó hace justo 71 años en dicho continente, Japón planea desplegar misiles con un rango de 300 kilómetros para proteger sus islas deshabitadas. Entre ellas destacan las Senkaku (o Diaoyu en mandarín), que China le reclama desde hace años. Según informa el periódico nipón Yomiuri Shimbun, el Gobierno del primer ministro Shinzo Abe prevé incluir el coste de dicha operación militar en los presupuestos de 2017-2018 y desplegar las baterías de misiles en torno a 2023-2024.

Aunque estos islotes enclavados entre Okinawa y Taiwán están deshabitados, enfrentan a China y Japón por sus supuestos yacimientos submarinos de gas y petróleo y sus ricos bancos de pesca.

Pero, por encima de la importancia de sus recursos o de su posición geoestratégica, se han convertido en una recurrente arma arrojadiza entre ambos Gobiernos, fundamentalmente para cohesionar a la opinión pública en sus respectivos países.

Formado por cinco islotes y tres rocas, el archipiélago de Senkaku-Diaoyu estaba controlado por Taiwán cuando formaba parte de China. Sin embargo, tanto Taiwán como las Senkaku-Diaoyu pasaron a manos niponas en 1895 tras la Primera Guerra Chino-Japonesa. Durante esta ocupación, Tokio incluso llegó a montar allí una envasadora de pescado en la primera mitad del siglo XX. Tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial en 1945 y su retirada de Taiwán, Estados Unidos tomó posesión de las islas, pero se las devolvió en 1972 a Tokio, que las considera parte de su territorio porque desde entonces las ha venido arrendando a sus propietarios originales. En septiembre de 2012, el Gobierno nipón compró tres de sus cinco islotes al empresario Kunioki Kurihara, generando un conflicto diplomático que provocó multitudinarias manifestaciones en China contra Japón y hasta un boicot a sus productos. Como respuesta, Pekín estableció en torno a estas islas una zona defensiva de identificación aérea para controlar los aviones que la sobrevolasen, tanto civiles como militares. Pero los cazas nipones desoyeron esta advertencia en un claro desafío a China.

Desde entonces, las Senkaku-Diaoyu han sido motivo frecuente de encontronazos entre los barcos y aviones de Japón y China, ya que numerosos pesqueros chinos intentan aproximarse a sus caladeros y son expulsados por los guardacostas nipones. Además, los cazas chinos han sobrevolado cerca de las islas más de tres veces desde mayo. A tenor de la prensa nipona, las Fuerzas de Autodefensa han efectuado 199 despegues de emergencia durante el segundo trimestre de este año ante la aproximación de aviones chinos.

A pesar de estos roces habituales, la tensión por las islas Senkaku-Diaoyu se ha rebajado desde 2012, en gran parte gracias a la actitud que están tomando tanto el primer ministro nipón, Shinzo Abe, como el presidente chino, Xi Jinping. En su lugar, Pekín ha reorientado su expansión territorial hacia los islotes del Mar del Sur, lo que le enfrenta a sus vecinos meridionales, sobre todo Filipinas y Vietnam. Pero el nuevo plan defensivo de Japón sobre las islas Senkaku-Daioyu puede hacer resucitar esta vieja disputa a pocos días de que se celebre en la ciudad china de Hangzhou una cumbre del G-20 que, probablemente, acogerá una reunión de Abe con Xi Jinping.

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