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El presidente galo, François Hollande, este jueves durante el desfile militar del Día de la Bastilla - EFE

Hollande preside el desfile militar del Día de la Bastilla en medio de la polémica

El mandatario francés asiste a la fiesta nacional acosado por las críticas por el escandaloso sueldo que recibe su peluquero y en plena crisis de su partido

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Francois Hollande ha presidido su último desfile militar, en los Campos Elíseos, con motivo del 14 de julio, fiesta nacional, acosado por una nube de crisis tóxica y convertido en personaje de guiñol en las emisiones audiovisuales.

En vísperas de su gran «misa laica» y entrevistado con mucho protocolo versallesco por las grandes cadenas de radio y televisión, ha dirigido el tradicional mensaje de jefe del Estado a la nación. Pero, muy a su pesar, el sueldo oficial del peluquero de Hollande, aquejado de alopecia, se ha convertido en tema de chistes y burla nacional: el peluquero personal del presidente de la República gana 9.890 euros mensuales por cuidar la menguante cabellera del jefe del Estado. Un asunto que, a petición los portavoces oficiosos del presidente, los periodistas debían evitar.

En un terreno político muy sensible, su primer ministro, Manuel Valls, y su ministro de Economía, Emmanuel Macron, se enzarzaron, en vísperas del «gran mensaje» nacional de Hollande, en una negra trifulca.

Macron presentó oficialmente a su partido, «¡En marcha!», dos días antes de la tradicional ceremonia presidencial, robando a Hollande muchas y preciosas primeras páginas. También lanzó un mensaje de «modernidad social liberal» a sabuiendas de que el Partido Socialista (PS) se encuentra caído de hinojos en una de las crisis cainitas más graves de su historia. Macron espera suceder a Hollande en el Elíseo.

Manuel Valls, jefe de gobierno, se apresuró a censurar agriamente la tentación populista de Macron, su rival en el campo de la renovación del socialismo francés. Un proyecto que ha dividido profundamente a los socialistas franceses.

Ante tal campo de ruinas políticas, Hollande intentará salvar de alguna manera la agriada celebración de su último 14 de julio, repitiendo sus promesas y esperanzas de recuperación económica y lucha contra el paro.

A pesar de cotizarse, siempre, en los sondeos, como el presidente más impopular de la V República Hollande todavía no ha renunciado a presentar su candidatura a su propia reelección en las próximas elecciones presidenciales, a finales de abril y primeros de mayo de 2017.

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