Una mujer llora durante el acto en recuerdo de los muertos en el atentado suicida de Estambul
Una mujer llora durante el acto en recuerdo de los muertos en el atentado suicida de Estambul - EFE

Estambul llora sus muertos alemanes entre fuertes medidas de seguridad

La céntrica plaza de Sultanahmet se llena de homenajes a las 10 víctimas del atentado cometido por un suicida yihadista

Turquía asegura haber matado a 200 terroristas del Estado Islámico en represalia por la masacre

Corresponsal en Estambul Actualizado: Guardar
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El Obelisco de Teodosio de Estambul se ha convertido en el altar para honrar la memoria de los diez turistas alemanes que perdieron la vida el pasado martes, cuando un terrorista suicida hizo estallar junto a ellos una potente carga de explosivos.

Cientos de personas, tanto visitantes como locales, se han acercado hasta el lugar a lo largo de toda la jornada para mostrar sus respetos y condolencias. Algunos no podían contener las lágrimas, un instante que no se querían perder las numerosas cámaras de televisión instaladas en lo que hace más de 500 años fue el Hipódromo de la vieja Constantinopla.

Después de las visitas oficiales del miércoles, diferentes asociaciones turcas han guardado minutos de silencio frente al monumento, al tiempo que las flores y los mensajes de apoyo escritos en diversos idiomas se apilaban a los pies del pedestal.

Especialmente visibles han sido las organizaciones relacionadas con la industria del turismo. Representantes de los hoteles, de los guías turísticos, así como de los comercios del cercano Gran Bazar han estado presentes.

«En Estambul no ha pasado nada desde hace décadas. Esto es un ataque contra Turquía, esto es una guerra», contaba Nahib Oralbi, un hombre de 90 años que comenzó a ejercer como guía en 1974. «Hoy en día puede haber un ataque en cualquier parte del mundo. Lo que tenemos que hacer es seguir visitando la ciudad, disfrutar de ella, mostrarle a los terroristas que no tenemos miedo», añadía.

Estambul trata de recuperar el bullicio rutinario de la plaza de Sultanahmet. Los turistas pasean entre sus bancos y fuentes y jardines, pero en un número inferior al habitual. Por tercer día consecutivo, no hay colas para acceder a Santa Sofía, algo inusual en días soleados y agradables para el paseo. Otra diferencia son los agentes de seguridad fuertemente armados que patrullan el sector monumental de la ciudad.

Además, a diferencia de la jornada del miércoles, la policía inspeccionaba todas las mochilas de las personas que querían acceder a la zona del Hipódromo. Una entrada lateral a través de la Mezquita Azul también estaba controlada por agentes de paisano.

Pero no solo aquí. El Gobierno ha decidido aumentar las medidas de seguridad en los lugares más transitados de Estambul. Así se ha anunciado tras una reunión entre el primer ministro y los responsables de seguridad. Entre estas se incluye aumentar el número de cámaras de videovigilancia por toda la ciudad.

«Hay muy poco turismo en todas las atracciones turísticas de la ciudad. No hemos tenido que hacer colas en ni un solo monumento hasta ahora. Apenas nos hemos cruzado con turistas españoles», explica Juan Ramón, un gaditano que llegó a Estambul el mismo día en que se cometió el atentado. «Lo que sí se nota es una excesiva presencia de fuerzas de seguridad en la calle -continúa-. Todas las plazas más turísticas están sitiadas por policías».

7 detenidos y 200 militantes muertos

Los agentes de seguridad continúan con las redadas en busca de más información para determinar cómo pudo llegar una persona cargada de explosivos hasta el corazón turístico del país. En total, la policía ya ha detenido a siete personas sospechosas de estar directamente relacionadas con el suicida, identificado como Nabild Fadli, nacido en 1988 en Arabia Saudí.

No obstante, el Ejecutivo turco ha querido dejar claro que la respuesta al atentado del pasado martes no se ha reducido a los arrestos. El primer ministro, Ahmet Davutoglu, ha anunciado en rueda de prensa que en solo 48 horas el ejército ha lanzado 500 ataques de artillería contra posiciones de los terroristas de Daesh, el autodenominado Estado Islámico, junto a la frontera con Siria e Irak. En total, según sus palabras, estos ataques han matado a 200 yihadistas.

Davutoglu había señalado anteriormente que el terrorista entró en el país entre refugiados a través de la frontera siria. En Turquía ya hay más de 2,5 millones de sirios que viven bajo esa protección de asilo político, y temen que acontecimientos como estos les puedan perjudicar todavía más.

«Este tipo de incidentes nos afectan porque muchos ya nos ven como un problema en los países que nos reciben, y esto solo puede aumentar la distancia entre nosotros y los locales», explica

Adel, un treintañero sirio refugiado en Turquía desde hace casi un año. «Y eso sin contar con cómo nos sentimos cuando continuamente se nos acusa de todos los males del planeta».

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