Colombia buscará a sus desaparecidos

El Gobierno de Santos y las FARC colaborarán juntos para recuperar los restos

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Emperatriz de Guevara fue la primera madre en recibir los restos de su hijo, el policía Julián Guevara, muerto en cautiverio en 2006 después de permanecer secuestrado ocho años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla que hoy negocia la paz en Cuba y que hace quince años llegó a tener más de 2.000 personas en su poder.

Los colombianos nos acostumbramos a ver a Emperatriz todos los sábados en la Plaza de Bolívar (centro de Bogotá) con pancartas que le rogaban a las FARC, la guerrilla más antigua del continente que llegó a tener casi 8.000 hombres, que le permitieran ver a su hijo tan sólo una vez más. Lo aquejaba una enfermedad tropical. ¿Por qué no liberarlo? A las FARC no les importó.

Julián murió en cautiverio y Colombia se indignó con las lágrimas de Emperatriz.

«Una madre quiere que el cuerpo de su hijo no esté bajo una fogata»
Emperatriz de Guevara

Pero un día de 2010, una misión humanitaria la sorprendió. En un féretro venían los restos de Julián sacados de la selva espesa del sur de Colombia. «Apenas vi esos huesos sentí paz, tranquilidad. Una madre quiere que el cuerpo de su hijo no esté bajo una fogata, o entre un río, o entre un hueco. Quiere llevar esos huesos al cementerio, ponerle flores todos los domingos, hablarle, contarle cómo va la vida. Eso es paz. Bienvenidos todos los huesos que identifiquen a partir de ahora», explica Emperatriz a este diario.

Desenterrar los cuerpos

Entrevistarla era entender lo que pasará pronto. Hace dos semanas, en La Habana, las FARC y el Gobierno firmaron un acuerdo sobre búsqueda de desaparecidos. En palabras concretas: tanto la guerrilla, como grupos paramilitares y fuerzas del Estado han sido responsables de no menos de 20.000 desapariciones forzadas en Colombia, según las estimaciones más conservadoras. Este acuerdo significa que ambas partes decidieron meterse en el barro y desenterrar los cuerpos de las víctimas para producir, justamente, ese perdón, esa paz, esa reconciliación de la que habla Emperatriz. ¿Cómo lo harán?

Esta vez el principal objetivo es la verdad, y que los familiares puedan cerrar sus duelos

FARC y Gobierno pactaron dos mecanismos humanitarios. El primero, que empezará a aplicarse inmediatamente, tiene contemplado que las FARC entreguen la información necesaria para ubicar a las personas enterradas en la selva. Se calcula, por ejemplo, que nunca regresaron a sus casas unas 300 personas secuestradas, tomadas como rehenes o como prisioneros de guerra. Con esos se arrancaría. El Estado, por su parte, se comprometió a acelerar la identificación y entrega digna de los cuerpos de guerrilleros muertos en combate y enterrados en cementerios de las zonas más afectadas por la guerra. Ya han sido identificados 315 muertos pero sus familiares aún no los reclaman. En ambos casos, tanto el Instituto de Medicina Legal colombiano como el Comité Internacional de la Cruz Roja harán todo el proceso.

A largo plazo el acuerdo firmado en La Habana contempla crear una unidad especial que se encargue de buscar personas dadas por desaparecidas en el contexto del conflicto armado. Aunque desde hace diez años -cuando los paramilitares se desmovilizaron- la Fiscalía viene trabajando intensamente en exhumar fosas, la unidad pactada por las FARC y el Gobierno es novedosa y promete revolucionar este proceso. Primero porque tiene carácter humanitario pues su principal objetivo será aliviar el dolor de las familias tantos civiles como rebeldes. Segundo, porque es también extrajudicial. En Colombia las exhumaciones se han hecho hasta ahora dentro de procesos judiciales para imputar penalmente a los responsables. Esta vez el principal objetivo es la verdad, y que los familiares puedan cerrar sus duelos. Como Emperatriz.

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