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China penalizará con siete años de cárcel a quien copie en los exámenes de selectividad

Alrededor de nueve millones de chinos se presentarán al temido «gaokao», una prueba que paraliza a toda la nación

Corresponsal en Pekín Actualizado: Guardar
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Al igual que en España, estos días tienen lugar en China los exámenes de acceso a la Universidad. A esta temida prueba de Selectividad, conocida en mandarín como «gaokao», se presentan casi nueve millones y medio de estudiantes, quienes se juegan buena parte de su vida y hasta el honor de la familia en un ritual académico que hunde sus raíces en la milenaria meritocracia confuciana del país.

El motivo es que estos exámenes, que duran entre dos y tres días, determinan la Universidad a la que puede acceder el alumno y marcan su futuro laboral en una sociedad tan masificada y competitiva como la china. Si un estudiante no puede entrar en una de las mejores universidades del país, que por lo general están en Pekín, Shanghái y otras grandes ciudades, su sueldo será notablemente más bajo cuando encuentre un trabajo.

Para garantizar la limpieza de esta prueba, el autoritario régimen de Pekín castigará con hasta siete años de cárcel a quien pille copiando, prohibiéndole además su presentación durante otros tres años en exámenes oficiales u oposiciones estatales, según informa la agencia estatal de noticias Xinhua. Además de cachear a fondo a los estudiantes y cotejar sus huellas dactilares o incluso su iris, los colegios tienen detectores de metales y escáneres para evitar que utilicen sistemas de radiotransmisión con los que alguien pueda soplarles las respuestas desde el exterior.

En el pasado, se han detectado casos de mafias perfectamente organizadas que utilizaban sofisticados dispositivos ocultos, como auriculares sin hilos, para comunicarse con los alumnos por ondas a través de emisoras de radio. Con el fin de descubrirlos, algunos centros incluso llegaron a dotarse de drones con escáneres que sobrevolaban las clases en busca de estos aparatos, más propios de una película de espías. Junto a dichos métodos, otras familias contrataban por una millonada a universitarios con un brillante expediente académico para suplantar a los alumnos y hacer ellos mismo el examen con carnés de identidad falsificados.

La importancia del «gaokao» es tal que las preguntas, consideradas un secreto de Estado, son transportadas por la Policía a los centros educativos bajo un draconiano dispositivo de seguridad.

Además, las ciudades se paralizan por estos exámenes, que obligan a detener las obras cerca de los colegios donde se celebran, así como a cerrar los bares e incluso a interrumpir el tráfico para que los estudiantes no se desconcentren. Todo con tal de que hagan un buen “gaokao” porque en ello les va su futuro.

Los alumnos deberán pasar por varios controles de seguridad
Los alumnos deberán pasar por varios controles de seguridad - AFP
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