Mia Bloom, en la entrevista con ABC
Mia Bloom, en la entrevista con ABC - INMA FLORES

Mia Bloom: «Tenemos a gente muy peligrosa aconsejando a Trump sobre terrorismo»

La renombrada especialista en yihadismo ha analizado con ABC la amenaza terrorista sobre Europa, el rol de la mujer en Daesh o Boko Haram y su amenaza real a Europa y Estados Unidos, en los tiempos del Brexit y de Donald Trump

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Llamaron a la puerta de una casa y, al cabo de unos segundos, una explosión sacudió todo el vecindario. Las cuatro muchachas, adolescentes, se hicieron estallar detonando sus artefactos explosivos al instante de presentarse en el rellano de una zona residencial de Maiduguri, en el estado de Borno, donde Boko Haram utiliza de forma macabra a las niñas que caen en sus garras para matar al mayor número de civiles posible. En ese atentado suicida del pasado 15 de marzo, estas «terroristas» adolescentes mataron a «solo» dos personas e hirieron a otras 16. Posiblemente la banda yihadista nigeriana esperaba un mayor número de muertes, como otras veces, cuando condujeron a niñas cubiertas de los pies a la cabeza con un burka y ataviadas con explosivos a atestados mercados para matar a decenas si no cientos de familias en el norte de esta potencia africana.

Mia Bloom, investigadora de la Georgia State University y renombrada especialista en yihadismo, analiza desde hace años el rol de las mujeres en la historia reciente del terrorismo internacional, desde ETA, IRA, Hamás o Daesh a Boko Haram, el grupo más mortífero del mundo que juró lealtad al autodenominado Estado Islámico en 2015 y secuestró hace casi tres años en Chibok a 276 niñas, de las que todavía cerca de 190 se desconoce su situación y paradero.

En su visita a Madrid, invitada por el Real Instituto Elcano para su conferencia sobre «El papel de la mujer en el yihadismo global», Mia Bloom ha analizado con ABC la amenaza yihadista sobre Europa, el rol de la mujer en organizaciones terroristas como Daesh y su amenaza real a Europa y Estados Unidos, en los tiempos del Brexit y de Donald Trump.

Imagen del 12 de mayo de 2014, de un video del grupo extremista islámico nigeriano Boko Haram en el que mostraba a las niñas de Chibok usando el hijab de cuerpo entero y rezando en una zona rural del país
Imagen del 12 de mayo de 2014, de un video del grupo extremista islámico nigeriano Boko Haram en el que mostraba a las niñas de Chibok usando el hijab de cuerpo entero y rezando en una zona rural del país - AFP

Con el secuestro de las niñas de Chibok, se popularizó el lema «Traigan de vuelta a nuestras niñas» (« Bring back our girls»), con Michelle Obama y otras famosas occidentales pidiendo en redes sociales y televisión que se hiciera presión a Boko Haram para liberar a las estudiantes. Fue en 2014, en plena ebullición de Daesh en Irak y Siria. «Desafortunadamente, mientras que el enfoque en las niñas victimizadas ayudó a obtener apoyo internacional, el esfuerzo pasó por alto el papel que las mujeres y las niñas juegan en las operaciones e ideología de la insurgencia. El momento en que el grupo utiliza las armas como arma se ajusta al uso de la violencia de género en todo el mundo como estrategia de reclutamiento de organizaciones terroristas. Además, el uso de Boko Haram de mujeres suicidas lo conecta con el movimiento extremista global más amplio, que está desplegando cada vez más combatientes y terroristas suicidas», escribía por entonces Bloom en un estudio del Centro de Operaciones Complejas para el Departamento de Defensa de EE.UU. En los últimos dos años más de 200 adolescentes han perdido la vida en atentados en el noreste de Nigeria, según un reportaje de Al Jazeera. La insurgencia ha matado a más de 20.000 personas y causado una crisis humanitaria masiva en la región. El número de ataques o intentos de ataques que llevan las características de Boko Haram en áreas congestionadas, como mercados y campamentos de refugiados, ha aumentado desde el final de la temporada de lluvias a finales de 2016.

Las primeras terroristas suicidas se remontan a la guerra en el Líbano, en 1983, con el SSNP (Partido Nacionalista Sirio), y a Sri Lanka, en 1991, con los Tigres de LIberación de Tamil Eelam. Desde entonces, este fenómeno ha alcanzado una mayor dimensión. Con el fin de la guerra de Irak declarado por George W. Bush y la post invasión americana, la filial de Al Qaeda en este país comenzó a usar a «bombas humanas» femeninas para causar mayor efecto propagandístico bajo el liderazgo de Abu Musab al Zarqawi, precursor ideológico de Daesh. La primera fue una conversa belga llamada Muriel Degauque, quien se hizo estallar matando a varios soldados estadounidenses en Irak.

«Es interesante analizar la forma en que Boko Haram ha utilizado a las mujeres en este tiempo». También lo que ha hecho Daesh. «En los últimos 18 meses, el primer grupo ha utilizado a más de 125 mujeres para sus atentados, la más joven una chica de 6 años», asegura Bloom. Pero luego cuando ISIS ha difundido los ataques de su filial nigeriana en sus canales de propaganda «nunca se acordaba de las mujeres, solo mostraba a los chicos», agrega. Para la especialista canadiense, Daesh todavía no se plantea recurrir a la mujer: ellas deben dedicarse a cuidar al marido y a tener bebés, según la retórica de la organización terrorista. «Es poco probable a menos que cambien de política y que Abu Bakr al Bagdadi (autoproclamado califa) emita un comunicado oficial para ello. Incluso en atentados en los que una mujer tiene un papel más activo, como en San Bernardino, ISIS ni siquiera mencionó el nombre de la mujer: Tashfeen Malik», explica. Malik y su marido dispararon entre 65 y 75 veces con un fusil en el ataque a la fiesta en un centro de servicios sociales para discapacitados.

En la conferencia de Elcano y en varias entrevistas realizadas con anterioridad, Bloom explica las «ventajas» de contar con mujeres».

—¿Qué ofrece una terrorista suicida que no puede hacer un hombre?

—La sorpresa. En segundo lugar, las mujeres tienden a infundir un movimiento con entusiasmo y un gran impulso. En tercer lugar, muchos movimientos usan la participación de las mujeres para avergonzar a los hombres cuando el reclutamiento está disminuyendo. Ellos dicen: «Tus hermanas están luchando por ti». Por último, los actos perpetrados por las mujeres, particularmente las mujeres atractivas, reciben mucha más atención de los medios de comunicación.

Bloom ve todavía lejos que las mujeres adquieran un rol tan activo como el de los hombres. «Hay una gran excepción. Cada grupo islámico en sus inicios rechazaba tener mujeres, las cosas cambiaron cuando adaptaron su ideología para permitir su entrada en acción. Hamas, Yihad Islámica... Al principio algunas mujeres se ofrecían para ser atacantes suicidas en Israel y le decían ‘no, gracias, ve a otro grupo’. Pero cuando estos grupos pierden su capacidad de reclutamiento, piensan en las mujeres y su atractivo, puesto que no solo aumentan en número, también fuerzan a los hombres a aumentar su compromiso. Son muy útiles para atacar a civiles… Así que es posible que en los próximos meses cambien la política. Tenemos posibilidad de acceder a Daesh y a sus documentos en árabe y de momento no están incluidas», asegura a ABC.

Sebastian Gorka, una figura polémica

—En septiembre las fuerzas de seguridad francesas desarticularon lo que parecía ser el primer comando de mujeres dispuestas a atacar en Francia, tras hallar un coche con bombonas de gas cerca de Notre Dame. En febrero detuvieron a varios jóvenes que planeaban un atentado kamikaze inminente, entre ellos había una chica de 16 años. Pese a que Daesh las excluye de su propaganda, ¿ellas podrían inspirarse y atacar como pasó en Londres?

—Sí, podrían perfectamente, pero por el momento su rol es ir a Siria y casarse con combatientes. Hay que recordar lo que pasó tras los atentados de Charlie Hebdo. Estaba Amedy Coulibaly, que tenía una mujer, prefirió que se fuera a Siria cuando podría haberse quedado con él atacando el supermercado kosher. De momento es más útil para Daesh que vayan a Siria que ataquen en Europa.

—¿Pueden importar tácticas como las de Boko Haram a Europa?

—No es probable a corto plazo. Es absolutamente posible pero no es tan fácil conseguir explosivos. ¿Cómo encontrar a un fabricante de bombas? No es tan fácil hacer una, se necesita conocimiento y práctica, saber qué materiales hacen falta para un determinado ataque y si son fácil de acceder en el mercado, saber manipularlos, etc. Necesitas una estructura detrás y Daesh no está fomentando los ataques suicidas de mujeres de momento.

Bloom alerta de que Daesh puede cambiar de política porque están perdiendo mucho territorio y necesitan proyectar poder y parecer más relevantes. Para el filósofo francés Raymond Aron, una acción podía ser calificada de terrorista cuando su impacto psicológico superaba claramente a sus efectos físicos. Desde los partidos y gobiernos populistas, también desde el lado del presidente Donald Trump, se ha magnificado el peligro yihadista y el poder de ataque de Daesh y Bloom lo achaca a su equipo de consejeros más cercano sobre terrorismo: Stephen Bannon, K. T. McFarland y Sebastian Gorka. Este último, hoy ayudante adjunto del presidente, fue ex editor de Breitbart y supuesto estudioso anti-musulmán y uno de los más firmes defensores del veto migratorio a países de mayoría musulmana, de hecho, tras el atentado de Londres aseguró que esta tragedia justificaba su iniciativa. Este especialista ha recibido durísimas críticas de varios nombres de la comunidad de analistas de yihadismo en Estados Unidos. Los renombrados Hassan Hassan, Michael Weiss, Will McCants o Michael S. Smith II (quien asegura haber votado a Trump) han dudado e incluso denunciado al británico como farsante. La propia Bloom ha tenido varios encontronazos en televisión, especialmente en la que aparecía la pantalla partida en dos cuando ella gesticuló dudando de los honores que le atribuía la presentadora de Fox al propio Gorka en su presentación.

—¿Cómo considera usted a Sebastian Gorka?

—Gorka tiene más o menos cero conocimiento de terrorismo, es completamente inapropiado que esté de consejero del presidente, en 2008 vino a América a generar miedo y explotar el terrorismo para sus intereses personales: estar en televisión, vender libros y hacerse famoso. No tiene conocimiento, no tiene la experiencia que dice tener en el Ejército británico, y hasta cuenta con vínculos con el partido de extrema derecha en Hungría Jobbik. Tenemos a gente muy peligrosa alrededor del presidente Trump dando muy malos consejos. Estratégicamente, es lo peor que le puede pasar ahora mismo a la seguridad. Esta gente no tiene conocimiento, tiene fantasía. Exacerban la amenaza para sus beneficios, puedes tener a cualquiera afín a republicanos, la rama más derechista, lo que sea, pero que tenga conocimiento. Cuando Gorka habla del islam no tiene experiencia, no habla el idioma, el doctorado que muestra para probar que sabe del tema es una broma.

—¿Qué peligros tiene su política con los musulmanes?

—Es peligroso cuando las políticas exacerban las situaciones. Extremar la seguridad con la crisis de refugiados lo único que hace es garantizar que se radicalicen. Es importantísimo tener una buena seguridad, entrevistarlos para ver que no van a hacer cosas malas y asegurar vienen buscando propiamente un refugio, pero al mismo tiempo no puedes tratar a todo el mundo como un terrorista, puesto que el momento en que se aliena a la comunidad musulmana los países europeos debilitan su primera gran línea de defensa. En Estados Unidos, hasta Trump, la mayoría de las veces el atentado fue prevenido porque un musulmán cogió el teléfono.

Si tratamos a los musulmanes como nuestros enemigos, no es que se vayan hacer todos terroristas, sino que dejarán de llamar si se enteran de algo

En 2010, Faisal Shahzad dejó el coche con un explosivo en Times Square, en Nueva York. No era una bomba muy potente. La había hecho él. Un senegalés, musulmán, que vendía camisetas en la calle, lo vio y avisó inmediatamente a las autoridades para aislar el coche y desactivar el explosivo. La misma semana del atentado del Maratón en Boston en 2013, con los hermanos Tsarnaev, que mataron a tres personas, en Canadá un hombre quería volar un tren y hacer como en los atentados de Atocha. Ese tren iba a ir desde Nueva York a Toronto. Sin embargo, el imán de la mezquita oyó que iba a hacerlo y avisó al FBI y no pasó nada. Incluso en Nueva York en septiembre hizo explotar una bomba en una zona céntrica de Nueva York. Era buscado por las autoridades. Un chaval musulmán cogió el teléfono y dijo que el hombre que salía en la televisión se encontraba durmiendo ante la puerta de un bar de su vecindario, y entonces fue la policía a detenerlo. Así que la comunidad musulmana ha dado la gran mayoría de información para prevenir ataques. Si tratamos a los musulmanes como nuestros enemigos, no es que se vayan hacer todos terroristas, sino que dejarán de llamar si se enteran de algo. Un estudio sobre ataques de lobos solitarios indicaba que de los 119 casos analizados en el 70% los atacantes hablaron con la familia o amigos antes de lanzarse. Si les decimos que no queremos musulmanes, eso puede cambiar.

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