François Hollande (izquierda) y Nicolas Sarkozy

El 74% de los franceses no quiere que Hollande ni Sarkozy se presenten a las elecciones presidenciales

Según un sondeo, la gran mayoría considera que la clase política nacional es un lastre para la modernización del país

CORRESPONSAL EN PARÍS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cansados y aburridos profundamente con el interminable duelo político entre François Hollande y Nicolas Sarkozy, un 74% de los franceses desean jubilar anticipadamente al presidente y al expresidente, esperando que no sean candidatos en la próxima elección presidencial, dentro de quince meses.

Hollande y Sarkozy prolongan desde hace diez años largos un duelo político personal que comenzó siendo apasionante, se prolongó con dos cambios sucesivos de mayoría parlamentaria y ha terminado convirtiéndose en una nube tóxica que los franceses soportan con angustiado desencanto creciente.

Según un sondeo publicado por «Le Parisien», un 88% de los franceses creen que la clase política nacional no se renueva, ha envejecido y paraliza la modernización de Francia;un 74 % de los franceses «desean vivamente» que el presidente Hollande y el expresidente Sarkozy «renuncien» a ser candidatos a su doble reelección a la jefatura del Estado en las próximas presidenciales, dentro de quince meses.

Hollande es el presidente más impopular de la historia de la V República

Para una gran mayoría de franceses, de izquierda y derecha, la pareja Hollande/Sarkozy es un «lastre inmovilista» que impide la deseable renovación política de Francia, paralizada desde hace una década por las maniobras e interminables duelos personales de Hollande y Sarkozy.

A la izquierda, Hollande continúa instalado en el podio del presidente más impopular de la historia de la V República. A la derecha, Sarkozy es percibido como un lastre para la opinión pública de centro derecha.

Juppé, el único líder

Según todos los sondeos del último trimestre, Alain Juppé, alcalde de Burdeos, ex primer ministro de Jacques Chirac, es el único líder político nacional apoyado por una mayoría sólida, como federador del voto moderado y conservador, alejado al mismo tiempo de la extrema derecha de Marine Le Pen y de las izquierdas ecologistas, comunistas y socialistas.

A la izquierda, Hollande es percibido, al mismo tiempo, como un «traidor» para la izquierda, como un «blandengue» para la derecha, acusado por algunos «elefantes» y «dinosaurios» socialistas, como Martine Aubry, de ser un «p… floja».

A la derecha, Sarkozy solo está apoyado calurosamente por su guardia pretoriana personal. La derecha derecha le reprocha sus «zig zag» permanentes y su «debilidad» ante Marine Le Pen, su enemiga política más íntima y temible. La derecha moderada prefiere a Alain Juppé, conservador histórico, respetado por la izquierda y la derecha.

Tras su triunfo histórico en las recientes elecciones regionales, Marine Le Pen espera ser la gran beneficiaria del duelo Hollande/Sarkozy, atizando, con su aburrimiento inmovilista, el crecimiento del «partido» de los abstencionistas y los desencantados, a la espera de una «renovación» que los grandes partidos nacionales, el PS, a la izquierda, en el poder, y Los Republicanos, a la derecha, en la oposición, esperan «controlar» con maniobras partidistas que solo agrietan un envejecido modelo político nacional.

Ver los comentarios