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Jean-Claude Juncker (d) saluda al líder turcochipriota Mustafa Akinci (izq.) antes de una cita en Bruselas - efe

El Eurogrupo rechaza prorrogar el rescate y Grecia cae en el impago

Tsipras promete hoy una nueva propuesta que los ministros de Economía estudiarán por teleconferencia

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La suerte está echada. Grecia amanece hoy en terreno completamente desconocido, con el rescate europeo vencido y en situación de impago respecto al Fondo Monetario Internacional (FMI) al que le debe 1.500 millones. Una reunión del Eurogrupo por teleconferencia para intentar un acuerdo basado en la propuesta enviada a última hora por el Gobierno populista de Alexis Tsipras se dio por terminada sin acuerdo al considerar que las reclamaciones del primer ministro griego, reestructuración de la deuda y una extensión del programa sin condiciones definidas, eran «imposibles». Sin embargo, los ministros de Economía se han vuelto a citar para hoy, en parte como si a las doce de la noche de ayer no se hubiera atravesado esta barrera temporal que cambia completamente las cosas.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, añadió una dosis de misterio en su intervención en la recepción anual de los corresponsales europeos: «En Atenas –dijo– van a pasar cosas tan importantes que ni siquiera están ustedes preparados. No querría perder la ocasión de influir en esos acontecimientos que tienen lugar ahora mismo en Atenas y que probablemente producirán resultados que no se corresponden con los artículos que han publicado».

No aclaró si se refería a las primeras manifestaciones que se han convocado en Atenas a favor del «sí» en el referéndum, es decir, en palabras del propio Juncker, a favor de Europa y en contra del gobierno de Syriza. La plaza Syntagma de Atenas se llenó ayer con un número de manifestantes similar a los que la víspera habían llegado para defender a Syriza y pedir un «no» en el referéndum del domingo. A la quiebra de una economía que estaba empezando a recuperarse hay que añadir la división del país a la cuenta de resultados del gobierno de Syriza.

En realidad y a pesar de las invectivas lanzadas en público, en Bruselas no se han cerrado nunca las puertas. Después de que ambos compareciesen públicamente en un tono de confrontación absoluta, Tsipras había llamado el lunes por la noche a Juncker para pedirle que hiciera un intento de llegar in extremis a un acuerdo. El presidente de la Comisión le remitió la última propuesta que estuvo sobre la mesa antes de la convocatoria del referéndum y le añadió un tratamiento ventajoso para el uso de los 35.000 millones de inversiones europeas que han de ir a Grecia (disminuyendo o anulando el porcentaje de financiación propia) a cambio de que pidiese el «sí» en la consulta que ha convocado para el domingo. Tsipras tenía de plazo hasta las 12 de la noche pero lo dejó pasar en silencio.

Siempre al filo

Después de una mañana plagada de rumores de todo tipo, el primer ministro populista envió ayer una carta a los miembros del Eurogrupo y a los responsables del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE, el que financia el rescate), en la que proponía negociar un tercer rescate de dos años para hacer frente «exclusivamente» a los vencimientos de deuda externa e interna, sin mencionar los requisitos que estaría dispuesto a cumplir a cambio, y una «breve prórroga» del actual rescate para evitar un «impago técnico» con el FMI.

En resumen, lo que pedía Tsipras es lo mismo que reclama desde hace tiempo: que el MEDE acepte que Grecia le traspase su deuda externa, para que pase a ser de todos los países, y Atenas se libere del coste de sostenerla y eventualmente pagarla. Los ministros del Eurogrupo dijeron que no podían aceptar esta propuesta, pero como Tsipras les prometió enviar otra más detallada hoy, se han comprometido a reunirse otra vez para analizarla.

Como se podía esperar, el polémico ministro de Economía griego, Yanis Varufakis, contestó a través de su portavoz con otra de sus provocaciones diciendo que «el Eurogrupo rechaza la solicitud de Grecia probablemente porque tienen miedo de que podría aceptar el trato sin objeciones». El ministro de Finanzas finlandés, Alexander Stubb, uno de los más locuaces en el campo de los países «virtuosos» ha explicado que, de las tres peticiones incluidas en la carta remitida por el Gobierno griego, «la prórroga del rescate o la quita no son posibles».

En cuanto a la solicitud de un tercer rescate, el finlandés explicó en su cuenta de Twitter que «se abordará a través de los procedimientos normales», es decir, con una solicitud ordinaria que incluye otra vez el análisis de si Grecia tiene derecho a pedirla y cuales son los requisitos que tiene que cumplir. El presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, lo explicó incluso con más dureza al decir que la petición de Grecia para una extensión del programa de rescate llegaba «demasiado tarde» y que en cualquier caso «la actitud política del Gobierno griego no ha cambiado» por lo que ya no hay más remedio que emprender el camino de pedir un tercer rescate después del referéndum del día 5. El holandés recordó que las condiciones que le exigirán serán «mucho más duras» que las que ha dejado expirar en el segundo.

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