Hollande pidió a Netanyahu que no asistiera a la manifestación de París

Benjamin Netanyahu regresó ayer a Israel para participar en el último adiós a Yoram Cohen, Philippe Barham, Yoav Hatab y Fracois Michel Saada, los cuatro judíos que perdieron la vida en el asalto al supermercado kosher de París y que serán enterrados en el cementerio de Guivat Shaul, el mayor de Jerusalén.

El viaje del primer ministro a París para participar en la marcha de condena al terrorismo se produjo en contra de la voluntad del presidente Francois Hollande, que prefería evitar cualquier elemento o presencia que desviara la atención del verdadero motivo del acto, según adelantó la misma noche del domingo el Canal 2 de la televisión nacional.

El diario «Haaretz», citando a una fuente israelí, aseguró que el asesor de Seguridad Nacional francés, Jacques Audibert, contactó con su homólogo israelí, Yossi Cohen, para explicarle que las autoridades de París no querían que el conflicto palestino-israelí se llevara parte del protagonismo y estaban preocupadas por el uso electoralista que Netanyahu podría hacer de su participación en la marcha, por estos motivos le pidieron que se abstuviera de viajar.

París también contactó con el presidente palestino, Mahmoud Abbás, para formularle una petición en la misma línea.

Autoinvitación

Netanyahu y Abás accedieron en un primer momento. El líder palestino argumentó el «mal tiempo» en Oriente Medio para explicar su ausencia y desde Israel se informó de que Netanyahu no viajaría «por motivos de seguridad», pero poco después se subía a un avión y volaba a Europa. ¿Las razones? La prensa israelí apunta al anuncio de Naftali Benet y Avigdor Lieberman, competidores directos en las elecciones del próximo 17 de marzo, de su presencia en la manifestación de París. La respuesta del Elíseo fue comunicar de forma inmediata al presidente palestino la autoinvitación de Netanyahu.

Más allá de la trastienda del viaje, Netanyahu pasó de escuchar la Marsellesa durante su visita a la Gran Sinagoga como respuesta a su llamamiento a los judíos de Francia para emigrar a Israel, a ser aclamado al grito de «¡Bibi, Bibi!» (su apodo) cuando se acercó al supermercado «Hyper Cacher», atacado por el yihadista Amedy Coulibaly.