Camisetas con mensaje: de moda «protesta» a promoción con tintes políticos

Así ha sido la evolución de una prenda que ha llegado a las grandes pasarelas

Camiseta de Christian Dior AFP
María Luísa Funes

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Los humildes orígenes de las camisetas de algodón se vieron reforzados hace medio siglo por las siglas y mensajes en ellas impresas. La moda trae ahora de nuevo a la actualidad a una prenda poco novedosa y muy ventajosa para algunas marcas .

No hay mensaje menos sutil que el que se lleva grabado en el pecho, en una camiseta o similar, para distinguirse de los demás, ya sea por motivos de convicción o de pertenencia a un cierto grupo. Ahora que ya habían pasado de moda, Dior, Topshop o Dolores Promesas en España, hacen gala de toda una parafernalia «protesta» que tiene más de pose que de realidad .

Todo empezó cuando la diseñadora Katharine Hamnett fue fotografiada junto a Margaret Thatcher en 1984, desabrochando su chaqueta para mostrarse en contra de la instalación nuclear en Pershing . «58% don’t want Pershing» fue el mensaje que escogió para llevar sobre el torso. Concreto y en su momento.

Margaret Thatcher y Katharine Hamnett

Vivienne Westwood, que fue una de las primeras rebeldes en levantarse la falda para mostrar sus «privates» a los fotógrafos –así es como se llama en plan pijo a «sus partes» en el Reino Unido– también fue de las pioneras en mostrarse con camisetas con mensaje, prendas que se podían encontrar en las tiendas más atrevidas de Kings Road en Londres y en la tienda que la propia Vivienne Westwood y Malcolm McLaren habían creado, llamada «Sex».

Desde entonces, las camisetas con eslogan han proliferado y ahora resultan ya tan poco significativas como abundantes. Henry Holland acuñó en sus desfiles frases rebeldes contra modelos y marcas, no siempre políticamente correctas. r En las últimas décadas, decenas de personajes, desde George Michael a Natalie Portman o Kendall Jenner han apostado por llevar camiseta con mensaje. Pero solo ahora ha vuelto la prenda con fuerza, desfilando en las grandes pasarelas del mundo, de París a Nueva York.

Movimiento feminista

En pleno siglo XXI, las afirmaciones políticas han protagonizado las sudaderas con capucha de la polémica marca «Vetements» y luego se han retomado con fuerza en Christian Dior, de manos de Maria Grazia Chiuri con el ya famoso lema de «todo el mundo debería ser feminista». DKNY o Alexander Wang fueron en la misma línea. Ahora, la influencia de las actuales frases protesta anti-Trump nutre de mensajes a la moda. Y las camisetas del «Time’s Up» tan razonable de Hollywood han colmado las páginas de periódicos, revistas y redes sociales. La ventaja de la camiseta con mensaje es que por su precio sería fácil imaginar que cualquiera puede llevarla. Aunque el coste real de una camiseta impresa puede no pasar de los dos euros, las que se venden actualmente en Christian Dior cuestan más de 700.

Pero, ¿es necesario explicar lo que pensamos frente a todo el mundo? ¿Se ha convertido en algo chic mostrar una actitud de protesta sobre –básicamente– lo que sea? Allá cada cual, como siempre. En realidad, esas camisetas de antaño, con crucifijos hacia abajo y frases provocativas que eran parte del guardarropa de los punks londinenses, se han convertido en el nuevo rostro de una gauche et droite divine, una nueva versión edulcorada de rebeldes sin causa.

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