Tony Blair en una imagen de archivo
Tony Blair en una imagen de archivo - EPA

Tony Blair y su mujer poseen viviendas por valor de 34 millones de euros

El bum inmobiliario en Londres ha duplicado el precio de compra de muchas propiedades

CORRESPONSAL EN LONDRES Actualizado: Guardar
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Tony Blair, de 62 años, fue primer ministro entre 1997 y 2007, un socialista de centro de gran carisma, que sumó tres mayorías absolutas, la última lograda tras la áspera polémica por la invasión de Irak. A Blair sus detractores, muchos de ellos en sus filas laboristas, no le perdonan dos cosas: secundar a Bush en Irak con pruebas falsas y haberse dedicado a adorar al becerro de oro tras dejar el poder.

Hoy es un consultor que salvo que medie un móvil filantrópico, casi siempre de las causas que apadrinan sus propias onegés, no da una conferencia o apoya una presentación por menos de 320.000 euros. La prensa británica suele atribuirle una fortuna de 100 millones de libras (127 millones de euros).

En el verano de 2014, en unas raras declaraciones al respecto, lo desmintió: «Cherie [su mujer] me pregunta dónde están los cien millones. Yo no he cambiado, no estoy interesado en hacer dinero. Se ha exagerado mucho. No tengo ni la mitad, ni la tercera parte, ni la cuarta de eso, tal vez la quinta pueda ser».

El diario laborista «The Guardian» ha repasado ahora la cartera inmobiliaria de Blair, que vuelve a dar fe de lo mucho que ha ganado en los negocios, como consultor, consejero de JP Morgan o la aseguradora Zurich, o en controvertidas asesorías para el dictador de Kazajistán, o los gobierno de Mongolia, Kuwait y Abu Dhabi. Su patrimonio inmobiliario tendría un valor de mercado de 34,5 millones de euros, con diez casas y 27 pisos, varios en el prohibitivo centro de Londres. Hay que matizar que algunas de las propiedades que se le atribuyen forman parte de una promoción inmobiliaria en Manchester de la que su mujer sería socia con uno de sus hijos.

Blair, convertido al catolicismo tras dejar el poder, y Cherie, de 61 años, han logrado salvar su matrimonio después de que Rupert Murdoch se divorciase de su esposa china Wendy Deng por sospechas de que había mantenido una relación adúltera con el político inglés. Su residencia habitual en Londres es una casa georgiana en Connaught Square, a un paso de Hyde Park y cerca del arranque de Oxford Street. Hoy está valorada en 12,8 millones de euros. El doble de lo que pagó en 2004, porque los Blair se han visto beneficiados por el espectacular bum inmobiliario de Londres. Poseen seis propiedades en el Oeste de la capital. Se desconoce si tienen alguna vivienda en el extranjero.

Su otra casa más conocida es una preciosa mansión de siete dormitorios en el campo de Buckinghamshire, que había sido propiedad del admirado actor sir John Gielgud.

Los hijos de Blair

Pero además los hijos de los Blair son inmunes a la carestía de la vivienda que vuelve prohibitiva la vida en la capital para muchos jóvenes. Kathryn, abogada en la veintena, se ha instalado en un piso de una habitación en Marylebone, está en un coqueto «mew» (las antiguas caballerizas hoy convertidas en viviendas con encanto). Cherie se lo compró por 1,5 millones de euros en 2014 y no hay hipoteca, a tocateja.

Cherie y Kathryn también compraron a medias en septiembre de 2013 una vivienda de cuatro habitaciones cerca de la gran mansión familiar de Buckinghamshire. Pagaron el equivalente a 760.000 euros y la ofrecen en alquiler por 3.200 euros al mes o 38.000 al año. Desde su inversión, los precios en la zona han subido un 27%. Han tenido buen ojo.

El primogénito Euan, de 32 años, ex empleado de Morgan Stanley y que se cree que sopesa entrar en política, adquirió junto a su madre en 2013 un piso de seis habitaciones, también en el buen barrio de Marylebone, por 4,6 millones de euros al cambio. El segundo hijo, Nicholas, de 31 año y agente de futbolistas, compró el pasado septiembre una casa georgiana en el centro de Londres de 1,6 millones de euros.

La verdad es que las tendencias del mercado han ayudado a los Blair en sus inversiones. Su primera compra fue una casa en Sedgefield, la circunscripción electoral del joven parlamentario Tony, por la que solo pagaron en 1983 lo que equivaldría a 38.000 euros y la vendieron en 2009 por 351.000. Las cifras dan fe del espectacular salto del precio del ladrillo en el Reino Unido.

La expansión inmobiliaria del matrimonio podría ralentizarse, porque se espera la reforma fiscal grabará las segundas residencias.

Blair tendrá que seguir pensando dónde invertir, porque lo cierto es que es una máquina de generar dinero, gracias al prestigio que adquirió como estadista. Fue sonado que en 2012 el ex premier medió en las negociaciones que culminaron con la fusión de Xstrada y Glencore, el mayor coloso en materias primas y alimentos. Cuando parecía que las conversaciones encallaban, Blair las desengrasó en un encuentro de menos de tres horas en el lujoso hotel Claridge’s, en el centro de Londres, por el que se dijo que cobró un millón de dólares.

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