Lío político por el pantalón de 1.200 euros de Theresa May

El Número 10 veta a una exministra tory que criticó a la premier por vestir ropa cara en un posado de prensa

Londres Actualizado: Guardar
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La era digital ha sometido a los políticos a un escrutinio extremo, tal vez discutible. En Italia se ha levantado una polvareda porque la esposa de Matteo Renzi vestía un jersey de 730 euros en la noche de la dimisión de su marido. En el Reino Unido, Theresa May, de 60 años, está sufriendo una polémica similar por un posado de prensa, en el que entre el pantalón, el jersey y las playeras llevaba encima 2.130 euros. Lo más controvertido ha sido su pantalón de piel de color chocolate, de la diseñadora inglesa Amanda Wakeley, que cuesta 1.200 euros y ha derivado en un ameno lío, apodado el «trouser-gate».

El 27 de noviembre «The Sunday Times» publicó una entrevista con May, con unas fotos en el Número 10 al estilo de las revistas de moda.

La primera ministra es una trabajadora obsesiva, que duerme muy poco y presenta un aspecto ojeroso. Pero en las imágenes relucía por obra del photoshop, sentada en un sofá rojo y vestida con aire moderno, con los famosos pantalones de cuero de 1.200 euros, unas playeras Burberry de 295 euros y un jersey de Amanda Wakeley de 589.

La imagen desagradó a Nicky Morgan, diputada conservadora y anti Brexit, de 44 años. «Los pantalones se han notado y discutido en los círculos tories», señaló Morgan. «Mi barómetro siempre es el mismo: ¿Cómo voy a explicar esto en Loughborought Market?, añadió, en alusión a la pequeña ciudad de la Inglaterra profunda por la que es diputada. Es del dominio público que Morgan, ministra de Educación con Cameron, detesta a May, porque la cesó nada más llegar al poder.

Y entonces comenzó el jaleo político. Hace dos semanas, la periodista Fiona Hill, jefa de gabinete de May, invitó a Morgan y a otro diputado tory europeísta, Alistair Burt, a acudir al Número 10 de Downing Street para intercambiar opiniones sobre el Brexit con la premier. Pero tras las críticas de Morgan al pantalón, Fiona Hill cometió la torpeza de enviar a Alistair Burt este sms: «No traigas otra vez a esa mujer al Número 10», en alusión a Nicky Morgan, a la que dio de baja para la reunión con May.

En el avispero de Westminster, donde las dagas vuelan con mucha elegancia, pero de forma implacable, pronto se filtró el sms de la jefa de gabinete vetando a Morgan. Ayer lo publicó por todo lo alto el diario amarillo «Mail on Sunday», con repaso gráfico de varios abrigos de mil euros que ha vestido May últimamente.

Al destaparse el mensaje, la exministra Morgan le ha lanzado un pellizco a Hill: «Si no te gusta algo de lo que he dicho, por favor dímelo directamente. Ningún hombre me lleva a ninguna reunión. Si no quieres contar con mis opiniones en futuras reuniones debes decírmelo». Coqueteando con el populismo, Morgan, casada y madre de un hijo, añadió para la prensa: «Yo no tengo pantalones de piel. Nunca he gastado demasiado en nada, salvo en mi vestido de boda».

May se ha presentado como estandarte de un conservadurismo compasivo y social. La semana pasada, de viaje oficial en Baréin, los periodistas le preguntaron si sus pantalones de 1.200 euros no reflejan poca sintonía con la calle. Como respuesta se limitó a repetir uno de sus eslóganes sociales: «Quiero un Reino Unido que funcione para todos».

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