Pedro Trapote: «En la noche también hay mucha corrupción»

El empresario reconoce que es «atípico» en el sector porque «ni bebo ni fumo, ni he tomado estupefacientes»

BELÉN DÍAZ

Beatriz Cortázar

Cuando Pedro Trapote y Begoña García Vaquero llegan al restaurante Casa Lucio de Madrid para acudir a uno de los almuerzos de la peña Cuarto Poder se nota que están en casa. Los camareros no preguntan qué tomarán, porque ademas de íntimos amigos del infatigable Lucio Blázquez son más que habituales desde hace años. Trapote, empresario de los locales mas importantes de la noche madrileña como Joy Eslava y Teatro Barceló y feliz con su «niña bonita» que es la Chocolatería San Gines (tiene dos sedes más en Bogotá y otra en Shangay), siempre ha preferido vigilar sus negocios que caer en las tentaciones de otros proyectos o incluso coquetear con la política, algo de lo que suele hablar a menudo con su cuñado Felipe González .

Intuitivo a la hora de los negocios y ameno en las conversaciones (está al tanto de absolutamente de casi todo), en estos años ha visto cómo muchos amigos cayeron en las redes de la corruptela. «En la noche hay también mucha corrupción como en todas partes, pero se ha avanzado poco a poco», asegura.

Sus sucesores

Trapote asegura que la subida del IVA fue «dramática» para el sector del ocio y eso que está convencido de que el centro de Madrid «tiene muchísimas posibilidades para el sector» y piensa continuar con todo «porque tengo a mis hijos de sucesores». Los sucesos dramáticos que han ocurrido en algunos locales de noche «tienen mucho peso en la política» con lo que eso implica de normativas muy estrictas. «Soy de los que piensa que descansar es empezar a morir y de ahí que no me plantee una jubilación», añade. Seguramente su suerte es que la noche nunca le confundió porque «ni bebo ni fumo, ni he tomado estupefacientes . Soy un empresario nocturno atípico».

Se queja de la falta de coordinación existente entre la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid: «No tienen la filosofía de ir juntos en beneficio de Madrid» y de ahí que «la noche se resiente». Ahora los restaurantes se han convertido en discotecas y eso es «por culpa de la falta de clarificación por sectores de la normativa», dice. Tras la venta del palacio Gaviria al grupo Ribera Trapote no descarta alquilar Joy , «pero no se vende» aclara.

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