Marta Etura
Marta Etura - EFE

Marta Etura, la vida secreta de una actriz señalada

Involuntariamente, se ha convertido en el blanco de las iras del lado más sectario del cine español tras la polémica que gira en torno a su última película «El guardián invisible»

MADRID Actualizado: Guardar
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Pocas actrices con una carrera tan prolífica como la de Marta Etura (San Sebastián, 1978) han logrado alcanzar un perfecto equilibrio entre éxito y reconocimiento bajo los focos y discreción absoluta lejos del set de rodaje. La intérprete, a cuyo nombre acompañan siete apellidos vascos, blinda con recelo todo aquello que trascienda lo estrictamente profesional y solo salta al papel cuché cuando la noticia resulta inocultable. De su embarazo nos enteramos el pasado septiembre en el Festival de Televisión Vitoria al enfundarse en un vestido rojo de Ulises Mérida incapaz de camuflar su abultada tripa. Cuatro meses después, a mediados de enero, llegaba al mundo la pequeña Chloé en un hospital de San Sebastián. La paternidad de su hija sigue siendo una incógnita.

Como casi todo lo que atañe a su vida personal. Desde que terminara sus nueve años de noviazgo con Luis Tosar, no ha vuelto a comparecer públicamente con un hombre a su lado.

Todo ese sosiego y circunspección que impregnan el día a día de Etura han sido zarandeados esta semana después de que una deslenguada actriz, compañera de reparto de su nueva película «El guardián invisible», lanzase una ristra de improperios y descalificaciones contra los españoles con la connivencia de la cadena vasca Euskal Telebista. Fachas, paletos, chonis o progres son solo algunas de las lindezas que Miren Gaztañaga dedicó a todos aquellos que «cometieron el delito» de nacer fuera del País Vasco. Como suele ocurrir en estos casos, a la hora de dirimir responsabilidades, se escudó en el más que dudoso tono humorístico que según ella revestían sus declaraciones. Pidió disculpas, pero el daño ya estaba hecho.

Justos por pecadores

Gaztañaga lanzaba estos lamentables comentarios tan solo un día después del estreno de la película, en la que Marta Etura ejerce como protagonista. Con el ambiente caldeado, desde las redes sociales en seguida se hizo un llamamiento para tratar de boicotear el filme, pagando justos por pecadores. De manera involuntaria, Etura veía cómo su trabajo y esfuerzo de meses se tambaleaba por la verborrea imprudente de una actriz que solo ostentaba un papel muy secundario. La productora, Atresmedia, perteneciente al Grupo Planeta, huyó de la polémica con un contundente comunicado. «El equipo de la película se desvincula por completo de las declaraciones de Miren Gaztañaga y deploramos y rechazamos cualquier insulto y falta de respeto a los ciudadanos españoles». La nota aparecía firmada por el director de la película, Fernando González Molina, la escritora de la trama, Dolores Redondo, la propia Etura y la productora. Este periódico se ha puesto en contacto con la agencia que gestiona la promoción de la película y la representación de la actriz, pero han dado la callada por respuesta.

El comunicado amainó los ánimos, pero solo durante unas horas. El alborotador Willy Toledo, que no desaprovecha una oportunidad para arremeter contra los españoles, insultó a Etura, que en ningún momento quiso entrar en la polémica. «Desde luego, es la más insolidaria, egoísta, lameculos, miserable, rastrera y cobarde de quienes ahí aparecen», se despachó el incendiario actor.

No es la primera vez que la donostiarra se ve acosada en las redes sociales por salirse del guión escrito por aquellos que bramaban el «no a la guerra». En octubre del año pasado se convertía en el blanco de las críticas por hacer gala del sentido común y la coherencia. Preguntada sobre unas hipotéticas terceras elecciones, Etura declaró: «Si hablamos de democracia deberían dejar gobernar a Rajoy, que es quien tiene mayoría».

Hija de una decoradora y un empresario náutico, Etura estudió en el Liceo Francés de San Sebastián, donde transcurrió toda su infancia y adolescencia. Actualmente vive a caballo entre su tierra natal y Madrid y siempre ha mostrado su respaldo y apoyo a las víctimas de ETA. «He crecido rodeada de muertos, de secuestros, de extorsiones. Vivíamos bajo el terror. No hay que olvidar», declaró en una entrevista. También alzó la voz contra Arnaldo Otegi cuando trató de presentarse como candidato a lehendakari en las elecciones de 2016: «Con Otegi no hay debate político. Ha formado parte de ETA». Etura nunca ha buscado el papel protagonista fuera de sus películas, pero tampoco ha silenciado sus ideas cuando le han preguntado por ellas.

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