El Duque de Edimburgo
El Duque de Edimburgo - AFP

Felipe de Edimburgo sale del hospital tras un día ingresado

El Príncipe Harry afirma que en la familia real «nadie quiere ser rey o reina»

Madrid Actualizado: Guardar
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El Duque de Edimburgo, que el pasado día 10 cumplió 96 años, ha abandonado esta mañana de jueves el hospital Rey Eduardo VII de Londres, donde fue ingresado el martes por «una infección debida a un problema anterior». Abandonó la clínica poco antes de las diez y se le pudo ver en la parte trasera de un coche, vestido con un jersey gris y con rostro cansado. Según Buckinghan fue ingresado por consejo médico, pero sin que existiese motivo de preocupación. Se cree que padece complicaciones por sus achaques de vejiga que en 2012 lo obligaron a pasar dos veces por el quirófano.

El martes, el Príncipe acompañó a la Reina en la apertura de las carreras de Ascot, una cita favorita de su esposa.

Pero por la tarde fue trasladado al hospital desde el Palacio de Windsor. Felipe de Edimburgo anunció el mes pasado que en otoño abandonará las labores de representación institucional. Su salud es buena en general para una persona de su avanzada edad. En 2011 fue sometido a una intervención por bloqueo de la arteria coronaria.

Mientras su abuelo vuelve a casa, el Príncipe Harry, de 32 años, ha concedido una entrevista a la revista estadounidense «Newsweek», pues las nueva generaciones Windsor no cultivan el silencio que tantos éxitos ha dado a Isabel II. Harry ha sorprendido comentando que realmente a nadie en la familia le apetece ser rey o reina, una afirmación que probablemente su padre, a la espera todavía con 68 años, no compartiría. «¿Hay alguien en la familia real que quiera ser rey o reina? No lo creo. Pero cumpliremos con nuestros deberes a su justo tiempo», filosofa el príncipe, que destaca también que él y su hermano trabajan «para modernizar la monarquía, aunque no lo hacemos para nosotros, sino por el bien de la gente».

Como viene siendo habitual, vuelve a referirse a los problemas emocionales que le provocó la pérdida de su madre, la princesa Diana, cuando era un niño de doce años. «Mi madre murió y tuve que caminar detrás de su ataúd, observado por miles de personas y con millones más viéndolo en televisión. No creo que a ningún niño se le deba hacer eso y creo que hoy en día no se haría».

Reconoce que a los 28 años pidió ayuda especializada por sus problemas psicológicos, por recomendación de su hermano Guillermo. Achaca a la traumática pérdida de su madre su comportamiento conflictivo durante su veintena. Harry elogia que su madre Diana «siempre apoyó a la gente ordinaria».

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