Marujita Díaz durante su última entrevista para ABC
Marujita Díaz durante su última entrevista para ABC - belén díaz
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Marujita Díaz: Todo lo que nunca se atrevió a contar

Uno de sus mejores amigos recuerda su última conversación con la diva de los 50: quería escribir sus memorias y volver a producir y odiaba hablar de Gades: «Si aguanto un poco más, me arruina»

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No hace mucho hablé con Marujita Díaz. Estuvimos tomando un café en su casa, como muchas otras veces. Como amigos, siempre hablamos de todo. Tenía proyectos varios, lo que no es normal en personas que no se encuentran bien de salud. Me dijo que pensaba volver a la producción, pero de cortometrajes, y que también quería escribir sus memorias. Es un momento determinado, mientras que se tomaba un tinto de verano, se puso a fumar y empezó a toser con el ruido característico de cuando se tienen flemas. Se lo comenté y me respondió: «Me encuentro perfectamente, no hay problema. Debe de ser el tiempo». Poco después, fallecía. Maruja nunca fue de las personas que cuentan sus intimidades

. Las guardaba para ella.

Memorias

Seguro que habrían sido un éxito. Le pregunté si no se había planteado en ningún momento escribirlas y contar todo lo relacionado con su vida privada. Me contestó que sí lo había pensado, pero que tenía mucho tiempo por delante para hacerlo. «Cuando sea más mayor», me decía. Porque ella se sentía joven y capaz de hacer muchas cosas. «Mi vida ha sido maravillosa. Si termino escribiendo mis memorias no las pienso publicar, serán para mí. A nadie interesan más que a mí», aclaraba. Maruja, en contra de lo que piensa gran parte del público, era una folclórica preparada. Fue autora de muchos guiones que se llevaron a la pantalla, siendo «Pelusa» su mayor éxito, con el que consiguió el premio como Mejor Actriz que concedía el Sindicato del Espectáculo. Su productora se llamaba M. D. Producciones.

Pensaba volver a producir

Había escrito varios guiones cómicos con mucho ritmo que pensaba que podían funcionar en televisión. «Son difíciles de acoplar en la programación porque tendrán una duración media de cinco minutos, algunos incluso menos, pero pueden ser un éxito. Me apetece mucho hacerlos. En este espacio de tiempo se puede contar una historia», me explicaba. Huía de los largometrajes porque «hacer un largo es muy caro y no me gusta como está el mundo del cine en España. No me gusta lo que se hace en estos momentos aunque hay gente muy válida que hace cosas que merecen la pena. Yo gané hace muchos años mucho dinero con la producción de mis películas, pero ahora no lo veo claro», decía. Maruja estaba en contra de la Academia del Cine por no haber valorado a Sara Montiel como se merecía.

Entre el cariño y los celos

Celos profesionales, por supuesto. Maruja y Sarita Montiel se felicitaban por sus triunfos, pero en la intimidad siempre sacaban «peros» a los mismos. Maruja, eso sí, valoró mucho lo logrado por su amiga Antonia, Sara en América, pero la consideraba limitada para cierto tipo de papeles, mientras que ella pensaba que podía hacer cualquier personaje. «De lo que no hay duda es de que Sara ha sido la actriz más internacional y más bella del cine español durante muchos años. Se merece ese Goya póstumo que yo siempre he pedido para ella», explicaba. Sobre los dos amores cubanos de sus vidas me comentó: «Antonia, que no podía soportar que yo tuviera protagonismo cuando salía con un cubano, se buscó otro más preparado culturalmente que el mío y se llegó a casar con él para ser más que yo».

Viajes por todo el mundo

Maruja tenía una pasión de la que rara vez hablaba. Era una viajera infatigable. Viajaba continuamente a lugares exóticos con un grupo de amigos, todos ellos multimillonarios. Porque María del Dulce Nombre, como realmente se llamaba, poseía una gran fortuna. Ganó muchísimo dinero con sus películas y espectáculos musicales, pero también Espartaco Santoni le regaló una fortuna en joyas, aparte de su lujoso chalet.

Diferencias con su sobrina

Recientemente falleció su hermana, por lo que su gran fortuna pasará a su única sobrina, Reyes. A pesar de tener muchísimas joyas, trató de comprar las de Sara Montiel a sus hijos, pero al parecer no lo consiguió. Maruja y su sobrina tuvieron problemas hace muchos años porque la popular actriz y cantante se encaprichó del actor Máximo Valverde, quien entonces salía precisamente con su sobrina.

Gades pudo ser su ruina

Procuraba hablar lo mínimo de Antonio Gades, tanto a nivel privado como profesional. Le consideraba nefasto en su vida. El bailaor pudo gastarse en los dos años que duró su matrimonio toda la fortuna que Espartaco Santoni le dejó a Maruja. «Afortunadamente le eché de mi lado, si aguanto un poco más, me arruina. Sus espectáculos carísimos no daban dinero», me reveló.

El amor de su vida

Para ella Espartaco fue su gran amor hasta el momento de su muerte. Se casaron en Venezuela y «nos separamos porque yo metí la pata. Me porté como una niña mimada. Él después de estar conmigo se casó varias veces, pero nosotros seguimos enamorados hasta su último momento. Yo puse los cuernos a todas sus mujeres. Concretamente a Carmen Cervera, todos los fines de semana. Él siempre procuraba estar libre esos días para estar juntos. Fue mi gran amor y yo el suyo». Me contó también que el gran problema que siempre tuvo Espartaco con ella fue que «nunca soportó ser para la gente el marido de Maruja Díaz, cuando él era un productor de éxito y pertenecía a una familia importante». Me recordó también que Espartaco y la baronesa Thyssen se arruinaron cuando ella se obsesionó con ser una actriz de éxito en Hollywood e invirtieron todo su dinero, el de él y el de ella, «en una película de gran presupuesto que no dio ni una peseta». La verdad es que Maruja nunca dejó su obsesión por Espartaco hasta el extremo de tener su casa llena de fotos del actor y productor, del que aseguraba que seguía enamorada «y le rezo todos los días». Eso sí, Maruja era muy creyente.

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