Michavila y Genoveva el pasado enero en Madrid
Michavila y Genoveva el pasado enero en Madrid - gtres

«Genoveva Casanova tiene derecho a un matrimonio como Dios manda»

ABC habla con una de sus íntimas, quien confirma que la excondesa de Salvatierra ya ha iniciado las consultas para pedir la nulidad: «Aún no tiene planes de boda con Michavila»

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En 2007, Cayetano Martínez de Irujo (51 años) y Genoveva Casanova (38) anunciaban su separación, apenas dos años después de su boda religiosa en la capilla de la Casa de Las Dueñas, en Sevilla. Los condes de Salvatierra estuvieron juntos cinco años. Finalizaba así una unión que, desde el principio, estuvo marcada por la polémica. En 2008 se firmó el divorcio. Para disgusto de Cayetana de Alba, su hijo favorito ponía fin al compromiso con la madre de sus nietos Luis y Amina, nacidos antes de que sus padres contrajeran matrimonio. La duquesa siempre soñó con una reconciliación.

De hecho, algunos aseguraron repetidas veces a doña Cayetana que su hijo y su exnuera podrían volver a empezar. Ella jamás perdió la esperanza, especialmente por el bien de los niños: sufría al ver que no tenían a sus padres viviendo bajo el mismo techo.

Al final, aquel fue un sueño incumplido. Mientras hablaban a la aristócrata de una posible reconciliación, la expareja andaba cada uno por su lado.

Precisamente para no darle un nuevo disgusto a Cayetana, Genoveva Casanova jamás se pronunció de una manera clara sobre una petición de nulidad matrimonial. Una de sus amigas más íntimas señala a ABC que quería evitarle ese dolor y por ella no dio un paso que, en el fondo, deseaba dar. Tras el fallecimiento de la duquesa, la mexicana ya no tiene más impedimentos.

«Genoveva siempre ha pensado que su matrimonio no era como debía ser a los ojos de la Iglesia. Quiere dar ese paso porque considera que, independientemente de lo que suceda en el futuro con su actual pareja (José María Michavila), tiene derecho a un matrimonio como Dios y la religión mandan. Un compromiso real entre dos personas que se van a cuidar, proteger, guardar lealtad, fidelidad y respeto, y que sean los hechos los que demuestren esa unión ante los ojos de Dios, algo que no ha vivido con anterioridad. Es por ello por lo que quiere solicitar la nulidad ante la Iglesia», dice esa misma fuente.

«No quería ser la víctima»

Divorciados Cayetano y Genoveva desde hace siete años, el tiempo puso algo de calma tras una ruptura sonada y mediática, en la que no faltaron los escándalos y las infidelidades. El matrimonio había firmado un documento previo a su enlace, en previsión de una ruptura; en él, Genoveva siempre pidió la custodia de sus hijos, como así se dispuso en la sentencia de divorcio. Desde entonces la relación con su ex ha pasado por distintas fases. «No me reconocía en nada de lo que leía o escuchaba sobre mí. Y hubo un momento en que me vine abajo. Completa, absoluta y desesperadamente sentí que la situación no solo me sobrepasaba, sino que me agredía, me atacaba, me hacía sentir cada vez más víctima. Y nunca me ha gustado ese papel», explicaba en una entrevista años después de su ruptura y cuando se llevaba bien con su ex.

Hoy la situación tampoco es apacible. Aunque ambos han rehecho su vida sentimental -ella con Michavila, y el jinete con la nadadora de 26 años Melani Costa-, en las últimas semanas han intercambiado una serie de mensajes, en los que Cayetano Alba quiere modificar el acuerdo de divorcio que firmaron ante el juez.

Según ese convenio, él pasa una pensión mensual de 5.200 euros para sus dos hijos, además de pagar los colegios, el seguro médico y el alquiler del piso que ocupan en Madrid tras la decisión de Genoveva dejar la casa de La Finca por lo cuantioso que suponía el mantenimiento. Esa salida del domicilio familiar supuso el compromiso del jinete de alquilar una vivienda cuya mensualidad asciende a 3.000 euros. Y eso es lo que ahora cuestiona; también contempla la posibilidad de pedir la custodia compartida de sus hijos, quienes este curso estudian en un internado británico. «Genoveva nunca cederá la custodia de los niños. En eso es tajante. Si Cayetano quiere verlos más tiempo, no pondrá problemas. Pero no piensa renunciar a algo que pidió incluso antes de la boda», cuenta nuestra fuente.

Una situación no deseada

Por eso no sería nada extraño que, dada la situación actual, la expareja acabara en los juzgados. Si Cayetano no cumple con el convenio, será Genoveva quien lo notifique ante el juez. Si el jinete quiere revisión de medidas e incluso compartir la custodia, él tendrá que solicitarlo por la vía legal. Una situación que nadie desea. Independientemente de esa «guerra», lo cierto es que el proceso de nulidad aún no ha comenzado, dado que no se han movido papeles. Pero todo indica que en breve se darán esos pasos a raíz de las consultas que se han hecho. Para algunos hay motivos sobrados para pensar que se resolverá, pero eso lo determina la Iglesia.

«Genoveva lo quiere hacer por ser coherente con sus principios y, también, porque cree en el matrimonio católico. No tiene planes de boda con Michavila, ya que consideran que aún es pronto y necesitan tiempo. Pero si un día se casara, seguro que lo haría en México y únicamente con la familia y los amigos íntimos», asegura esa amiga.

Lo que sí tiene muy avanzado es el libro que lleva meses escribiendo y que se trata de una novela que no tiene nada que ver con su vida y sí con lo que le inspiró una persona que conoció durante sus viajes a la India. La protagonista de esta historia es la hija de un diplomático que debido al trabajo de su padre vive en distintas partes del mundo y narra esas experiencias. “No tiene ningún paralelismo con su vida y mucho menos con su relación con su ex marido”, aclara la misma fuente.

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