El «christmas» de Don Felipe y Doña Letizia de 2013
El «christmas» de Don Felipe y Doña Letizia de 2013 - abc

¿Mató el WhatsApp a los «christmas»?

Es un invento de Sir Henry Cole y data de 1846. Hoy las nuevas tecnologías le roban protagonismo

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¡Naturalmente que sí! Lo que antes eran jornadas de alerta en correos (¡qué tiempos!) con los carteros hasta la gorra de paquetes y sobres (de «christmas», claro), han dado paso a días y noches de alarma, pero en internet, con atascos que llegan hasta la desconexión y el bloqueo de nuestro mail-Facebook-WhatsApp ¿Se puede uno imaginar un desastre mayor?

¿Cuándo comenzaron?

Las tarjetas de felicitación tuvieron su origen en la Inglaterra previctoriana, en los trabajos que los profesores encargaban a sus alumnos para que los presentaran a sus padres a finales del primer trimestre. Pero la primera felicitación navideña se le ocurrió a Sir Henry Cole, que encargó una tarjeta con viñetas familiares, encuadradas en un marco rústico con troncos de navidad y hiedra y con la inscripción «A Merry Christmas and a happy new year to you» y causó tal sensación que en 1846 se encargaron ya cientos de ellas que se vendían por un chelín (precio carísimo, opino).

Nunca se hubiera producido esta avalancha si no se hubiera reformado el sistema de correos en Inglaterra, pues antes pagaba el que recibía la carta, no el que la mandaba. En adelante la impresión de felicitaciones navideñas pasó a sofisticarse de modo increíble con tarjetas sorpresas («pop up cards»), impresiones de gran calidad y motivos cada vez más elaborados que llegaron a cotizarse hasta en subastas y además saltaron al continente y toda Europa comenzó a mandar felicitaciones navideñas.

¿Quién las envía hoy?

Hay vida –y «christmas»– más allá de los famosos habituales que vemos cada año (Casas Reales, Julio Iglesias, Tony Blair...). La moda ha cambiado y se ha sustituido el motivo principal de tradicionales escenas navideñas o incluso sesudos cuadros de pintores clásicos, por las fotos favoritas del que las envía, ya sean de sus niños, de sus perros más queridos, de su último viaje o de su casa recién estrenada. Todo vale para llenar por unos días las estanterías de la librería de tus amigos, presumir de las tarjetas que todavía se reciben y alardear, como quien no quiere la cosa, de tener importantes conocidos (aunque cada vez sean menos importantes, la verdad) que te mandan sus fotos. En España empezaron creando tendencia las fotos de la Familia Real, de las Infantas y de sus familias, y hoy ya hay mucha gente que se ha apuntado a esta moda.

¿Qué tarjetas nuevas han salido este año?

Ya, y cuando digo ya, es desde el pasado fin de semana, la fecha en que se pueden empezar a recibir las rarísimas tarjetas enviadas por correo postal y pasa igual con las de e-mail (casi siempre de trabajo) que se mandan por este sistema. No ocurre lo mismo con las que se reciben vía WhatsApp, Facebook o SMS. Ésas, con motivos navideños, familiares y tiernos deben de enviarse el mismo 24 o incluso el 25. Más tarde ya quedan obsoletas mientras que mucho antes se puede considerar precipitado.

Por otra parte, los mensajes de fin de año siempre tienen un tono de humor, suelen ser el último chiste o personaje de actualidad ( tipo «el pequeño Nicolás») acompañando a toda la familia disfrazada de renos (por ejemplo) y felicitándonos el año bailando. Suelen ser sorpresa: hay una competición –no reconocida– de la mejor y más divertida felicitación del año y, para regocijo del que los recibe, se espera hasta el ultimo momento para mandarlos y, por supuesto, atascar el correo. Es que no falla.

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