¿Qué fue de Espinete?

Descubrir el mundo a través de los ojos de un erizo rosa de metro ochenta hubiera sido efecto de los psicotrópicos de no ser por Barrio Sésamo, aquel programa infantil que tan buenos ratos hizo pasar a varias generaciones de niños. Ahí estaba Espinete, el citado mamífero, que entre 1983 y 1988 demostró que la felpa podía convertirse en carne si el guión era creíble. Claro que para que haya un guión hace falta un equipo, y para que haya un personaje, un actor. En las entrañas del gigante rosa estaba la actrizChelo Vivares: «Había momentos que con los focos, el disfraz no transpiraba y hacía mucho calor», explica.

Espinete era un chico de barrio, de genética distraída, pero con las mismas ganas de aprender que el resto, y quizá por eso funcionó.

«Trataba a los niños de tú a tú», comenta Vivares sobre el éxito del personaje y, cómo no, de esta etapa de la serie. Ella afirma que no se sentía «limitada» por interpretar un papel encerrada en aquel disfraz, y considera que se logró un personaje «muy auténtico». Critica que ahora toda la programación infantil «se reduce a dibujos animados», una realidad «que deja sin trabajo a muchos actores». Algo que sufre porque además aquel bicho rosa le permitió dar el pregón de las fiestas de Navidad de Madrid en 1984.

Si se atiende a la Veterinaria, los erizos, también llamados erinacinos (o Erinaceinae si se riza el rizo del tecnicismo), viven una media de 10 años. Con unas cuentas simples pero fiables, si Espinete fuera uno más, estaríamos relatando cómo fue su funeral. Pero Vivares lo deja muy claro: «Era un niño mágico y ahora será exactamente igual pero adaptado a lo que ha cambiado la sociedad». Lejos de tener que llevarle flores, alguien podría mandarle un Whatsapp. Y más lejos de ser recuerdo, Espinete vive todavía en los valores de muchos ciudadanos que ahora son padres y madres de niños que, eso sí, verán las púas a través de una tablet.