Borja Sémper, durante su comparecencia en el Parlamento vasco
Borja Sémper, durante su comparecencia en el Parlamento vasco - EFE

Sémper: «El PNV lleva hablando tres años del nuevo estatus político y no ha escrito ni un renglón»

Consideran que «las reformas que necesita Euskadi no pasan necesariamente» por cambiar el Estatuto

VITORIA Actualizado: Guardar
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«Deslealtad». Es el término que ha empleado el portavoz del PP en el Parlamento vasco, Borja Sémper, para referirse a la actitud del PNV ante la ponencia de autogobierno que impulsaron los nacionalistas y empezó a funcionar hace año y medio en la Cámara de Vitoria, y que este martes ha escrito un nuevo capítulo al registrar los grupos parlamentarios sus propuestas para defenderlas el próximo viernes. A juicio del PP, lo que se planteó como un foro para apuntar posibles reformas del Estatuto derivó en el concepto de «nuevo estatus político» enarbolado, el primero, por el lendakari Iñigo Urkullu.

« Llevan hablándonos tres años del nuevo estatus político y no han escrito ni un renglón sobre lo que significa.

Ha habido muchos fuegos de artificio en esta ponencia. Mucho postureo, mucha indefinición calculada y partidista», ha censurado Sémper durante una comparecencia en el Parlamento autonómico. Cree que con la actitud del PNV, su indefinición, «se hurta la posibilidad de debatir posiciones concretas». «Así no se puede avanzar».

Desde el PP la percepción es clara: «No identificamos claramente problemas graves que tenga el Estatuto, ni graves ni no graves, que requieran de una reforma urgente. Sí hemos percibido y detectado que las reformas que Euskadi necesita no pasan necesariamente por reformar el Estatuto de Autonomía. Ningún grupo político ha identificado reformas concretas».

Postura que no está reñida con emprender esas hipotéticas reformas, siempre que se concreten. «Las normas de las que nos hemos dotado para convivir se pueden reformar. Se pueden cambiar. Podemos iniciar caminos de reforma de nuestras normas de convivencia, tanto de la Constitución Española donde toca como del Estatuto de Autonomía donde toca, que es aquí, sin ningún problema. No es una línea roja reformar las normas de las que nos hemos dotado. Lo mismo que se aprobaron se pueden reformar», ha resumido Sémper, quien ha insistido que este planteamiento lo ha defendido el PP «en numerosas ocasiones».

Sí reclaman los populares un punto de partida innegociable para esas «hipotéticas reformas»: «Deben ser abordadas desde el consenso y con el objetivo claro de no dar respuesta a anhelos partidistas, sino a una realidad que se ha transformado y a una ciudadanía que es mucho más exigente con los políticos y con sus instituciones».

Los cambios que defiende el PP, en cualquier caso, no apuntan al propio Estatuto de Autonomía, se plantean «mirando hacia fuera, sino hacia dentro». Pasan por reformar la Ley de Territorios Históricos, la Ley Municipal y la Ley de Aportaciones, con el objetivo de dotar de más poder y peso político a Diputaciones y Ayuntamientos, y mejorar el sistema de financiación. Y, en definitiva, «acabar con el centralismo de Vitoria», en alusión al Gobierno del PNV.

Para el PP, que dedica la primera parte de su documento de propuestas a poner en valor lo que ha supuesto para el País Vasco el Estatuto de autonomía, en términos de «desarrollo y progreso social y económico, nunca experimentado en su historia», el PNV debe salir de su «zona de confort» y su «indefinición calculada», y propiciar un «debate sereno».

Bildu y su «soberanismo social»

Sémper también ha insistido en que «el ejemplo de Cataluña es del que tenemos que huir como de la peste en Euskadi. Es el ejemplo de lo que no debemos hacer». Precisamente minutos antes ha comparecido, en representación de Bildu, Unai Urruzuno. La coalición de la «izquierda abertzale» da por agotado el Estatuto de Guernica y reclama, en su línea, un «nuevo estatus» para lograr una «plena soberanía», dentro de un planteamiento rebautizado como «soberanismo social».

Para Bildu, la «bilateralidad» que preconiza el PNV no es viable porque «Madrid nunca reconocerá» sus anhelos secesionistas. «No hay bilateralidad posible», ha remachado Urruzuno, que ha rehuido fijar fechas concretas para la hoja de ruta de la formación independentista, pero promete poner «toda la carne en el asador», pese a que este año se celebrarán elecciones autonómicas en el País Vasco, para que esta «no sea una legislatura perdida» en materia de autogobierno.

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