Los titiriteros el pasado 9 de febrero, tras salir de la prisión de Soto del Real
Los titiriteros el pasado 9 de febrero, tras salir de la prisión de Soto del Real - ISABEL PERMUY

Los titiriteros, sin pasaporte y citados en el juzgado

La Audiencia Nacional investiga a los dos actores por enaltecimiento del terrorismo

Madrid Actualizado: Guardar
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Los dos titiriteros del Carnaval de Madrid están siendo investigados por la Audiencia Nacional por la polémica obra que representaron en una plaza madrileña ante un público lleno de niños. El juez Ismael Moreno y la Fiscalía consideran que con la representación pudieron cometer los delitos de enaltecimiento del terrorismo y de incitación al odio.

Para evitar que entorpezcan la investigación, el magistrado les ha retirado el pasaporte, les ha prohibido salir de España y les obligó a comparecer en el juzgado cada día. Esta medida fue, sin embargo, corregida por la Sala de lo Penal, quien amplió la frecuencia: el titiritero Raúl García debe comparecer cada quince días y Alfonso Lázaro, una vez al mes. También deben comunicar cualquier cambio de domicilio.

La Sala de lo Penal, que considera que el riesgo de que los dos actores se fuguen es «escaso», tuvo en cuenta que Lázaro padece «una grave enfermedad degenerativa», que le hace necesitar cuidados diarios, para citarle una vez al mes en el juzgado. En un primer momento, el magistrado les encarceló durante cuatro días tras atender la petición de la Fiscalía, quien luego consideró que el riesgo de fuga era menor.

El juez que instruye el caso considera que los dos investigados pudieron ensalzar a ETA porque una marioneta de la obra exhibió una pancarta que decía «Gora alka-ETA». El supuesto delito de incitación al odio existiría, según el juez y el Ministerio Público, por las acciones violentas de la obra, en la que se acuchillaba a una monja y se ahorcaba a un juez. Madres de los niños denunciaron a la Policía.

Los abogados de los titiriteros han solicitado el archivo de la causa al argumentar que no tenían ninguna intención de ensalzar el terrorismo y que están amparados por la libertad de «creación artística». Señalaron que cualquier dibujo animado, como Tom y Jerry o Bob Esponja, tiene más violencia que la obra representada, cuyos diálogos eran en idioma esperanto. El magistrado ha interrogado a varios testigos que vieron la obra.

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