La tienda centenaria que surte de banderas al Palacio Real y a las embajadas

En Pañerías Olleros venden más de 100.000 bandas al año para universitarios de toda España

Madrid Actualizado: Guardar
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Los orígenes de esta tienda se remontan al año 1863, cuando Pañerías Olleros abrió sus puertas en la calle Mayor 31. El señor Olleros, procedente de Béjar, instaló en la capital una tienda que se convertiría en referencia en el mundo de la pañería. «Se vendía paño de gran calidad para hacer los trajes de caballeros. Tenían mucha fama y en el Santiago Bernabéu se sorteaban trajes de Pañerías Olleros», cuenta a ABC Ángel Paniagua, socio administrador de Fieltros Olleros. Por entonces sus clientes eran sobre todo hombres de empresa, en su mayoría trabajadores de bancos. «Se trabajaba con un sastre pero los clientes podían llevarse el paño y hacerse el traje en otro sitio. Comprábamos mucho tejido en Cataluña, de la mejor calidad», aclara Paniagua.

Trajes que empezaron costando poco más de una peseta, después dos, «recuerdo los trajes de 30.000 y ahora a saber lo que puede costar un traje tan bueno hecho a manos».

Olleros era amigo de correrías de Julio Romero de Torres y del torero Emilio Torres «Bombita». Pertenecía a una buena familia, con una importante fábrica en Béjar donde se realizaba tintes, aprestos y acabados. Se casó con Elvira Rodríguez y no tuvieron descendencia. Al fallecer Olleros en un accidente de coche Elvira recurre a su sobrina y ahijada Cayetana Rodríguez para ayudarla en el negocio. «Quien realmente llevábamos las riendas éramos los empleados. Fue una familia de gente muy buena», recuerda el administrador. Antes de morir Cayetana decidieron crear una sociedad, en 1994, formada por su sobrina junto con dos de los trabajadores, Pedro Sánchez Zapata, ya jubilado, y Ángel Paniagua. «Por entonces decidimos cambiarnos de local porque el local de la calle Mayor era alquilado y sabíamos que los alquileres iban a subir. Nos instalamos en la Plaza de Herradores en 1995 y pasamos a llamarnos Fieltros Olleros. Hace ocho años Elvira Rodríguez decidió vendernos su parte de la sociedad», especifica Paniagua.

El cambio de paño a fieltro se debió a la necesidad de adaptarse a las necesidades del mercado. Tal y como asegura el administrador de esta casa, «hay negocios en los que si no te renuevas desapareces. Y ahora somos la única casa en España especializada en fieltro, un material que todo el mundo lleva encima». Entre sus especialidades se encuentran las bandas universitarias y colegiales y banderas. El año pasaron llegaron a hacer más de 100.000 bandas y trabajan para universidades y colegios de todo el país. Empezaron a fabricar bandas para la tuna pero después de enviar un email ofreciendo este producto a muchos centros universitarios tuvieron una gran acogida.

Las banderas de Antonio Alcántara

En lo que se refiere a las banderas, trabajan para muchas embajadas, productoras de cine e incluso para el Palacio Real. «Los pedidos tan especiales requieren de un gran esfuerzo para poder tenerlos listos a tiempo, a veces trabajando toda la noche. Una bandera bordada necesita entre dos y tres días para estar lista», asegura Paniagua. Las banderas del negocio de Antonio Alcántara, de Cuéntame, procedían de este establecimiento.

Y el 11 de marzo de 2004, tras los trágicos atentados, se formó una larga cola a la puerta de la tienda. «Se acabaron todas las banderas, no pudimos atender todos los pedidos que nos llegaban de todos lados», recuerda el propietario.

«Tenemos uno de los mejores fieltros del mundo, la calidad es buenísima», subrayan en la tienda. Cuentan con un muestrario de 100 colores en una calidad y otro de 70 en otra. «También vendemos fieltros industriales que se utilizan en la Casa de la Moneda. Este tipo de fieltros tiene un uso muy diversificado, como ortopedia, automóvil, pesca o decoración». El fieltro normal tiene cada vez más utilidades, «se usa por ejemplo para las paredes o para los cuellos de las americanas», explica Paniagua. En Olleros entran tanto mayoristas como confeccionistas y particulares. «Realizamos muchas bolsas para joyerías, tapetes de juegos y bandas para las mises», añaden. Han trabajado mucho con El Corte Inglés y con Loewe antes de ser comprado por Louis Vuitton. Después están los clientes particulares que realizan sus propias confecciones. O los colegios, que en épocas como el Día del Padre o el Día de la Madre, «acuden a buscar los fieltros para realizar las manualidades».

Tras adquirir el local de al lado Fieltros Olleros comercializa una línea de productos de España que va desde pines, pulseras, monederos y camisas, entre otros, con la bandera nacional. «Decidimos dejar algunos artículos que se vendían en la anterior tienda. Curiosamente vendemos mucho a los turistas catalanes porque allí no encuentran este tipo de artículos», relatan en el comercio.

Paniagua reconoce que la crisis también ha afectado al negocio, «sobre todo detrás del mostrador donde tenemos más beneficio. Se compra menos, pero por otro lado hemos aumentado los pedidos de empresas, aunque el margen es más reducido». Siente que el consumo se está recuperando y afronta el futuro de la tienda con mucho optimismo.

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