JAIME GARCÍA

Por qué salta la alerta por alta contaminación en Madrid

El protocolo se activa cuando se rebasan los niveles de NO2 y cuando la previsión meteorológica es desfavorable

Madrid Actualizado: Guardar
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El protocolo contra la contaminación para episodios de dióxido de nitrógeno (NO2) se activa una vez se superen los niveles marcados. Este plan, elaborado por el Ayuntamiento de Madrid, tiene una aplicación progresiva, de modo que en función de los índices de NO2 y su persistencia se elevan las restricciones. Además, es fundamental que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) dictamine si la previsión es favorable o no para que salte la alarma.

Este documento, que entró en vigor el pasado 1 de febrero, es más restrictivo que el elaborado por el Gobierno de Ana Botella, que fue el que se aplicó en noviembre y diciembre del año año. Para que se active el nivel de Preaviso, es necesario que dos estaciones de una misma zona sobrepasen los 180 microgramos de NO2 por metro cúbico durante dos horas seguidas; mientras que en el anterior el límite era de 200 microgramos.

En el caso de Aviso, ahora se requieren 200 microgramos de NO2 en dos estaciones durante dos horas, aunque antes se necesitaba un pico de 250 microgramos.

Después de un día en el nivel de Preaviso, entramos en el escenario 1, que limita la velocidad a 70 kilómetros por hora en la M-30 y los accesos a la capital. Dos días consecutivos o uno en Aviso activa el siguiente escenario, que supone la prohibición de aparcar en la zona del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) para no residentes. Depués, dos días en nivel de Aviso da luz verde al escenario 3, que restringe la circulación de los vehículos en la almendra central al 50% según su matrícula, par o impar, y el día del mes.

Su implantación no es inmediata, sino que siempre se activa de cara a la próxima jornada. Esto ha generado cierta incertidumbre porque los afectados apenas tienen margen de maniobra para planificar.

Estos márgenes, sin duda, aceleran la activación del protocolo, pero no son el único factor determinante. Las condiciones climáticas influyen. Los episodios de estabilidad atmosférica favorecen la proliferación del NO2. Pese a que los índices de polución se han rebasado varias veces, las lluvias y el viento frenan el protocolo.

El otoño y las primeras semanas de invierno son una época óptima para que se dispare el dióxido de nitrógeno, debido a un fenómeno atmosférico denominado inversión térmica. Consiste en que el aire contaminado, más frío, no se libera por una barrera térmica de calor en la superficie, acumulándose durante días y sin limpiarse por la lluvia o el viento. Es lo que comúnmente se denomina como «boina», muy visible desde el exterior de las grandes ciudades.

Esto es lo que la Aemet considera como «desfavorable». El protocolo contra la contaminación incluye como requisito indispensable para la activación el dictamen de la agencia.

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