PP de Madrid«El partido lleva huérfano más de un año. Ni Esperanza ni Nacho cogían el teléfono»

El vacío de poder se acusa desde hace tiempo. Cifuentes deberá vencer ahora resistencias entre los que le reprochan traicionar al «viejo PP»

MADRID Actualizado: Guardar
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Hace demasiado tiempo que en la primera planta de Génova se respira cierto ambiente de orfanato. La pérdida en mayo del poder institucional del PP en Madrid capital, amén de otros municipios importantes de la región; la salida por la puerta de atrás de su secretario general, Ignacio González, y la «espantada» última de su líder, Esperanza Aguirre, ante la sombra creciente que apunta a una posible financiación irregular de la formación ha visibilizado lo que era un clamor interno. «El vacío de poder es de órdago. Ni Esperanza ni Nacho se han encargado del partido, nadie te cogía el teléfono y la gente no sabía a quién acudir. Estábamos como huérfanos», resume un miembro destacado del partido. «La actividad ha sido nula.

No se nos convocaba para nada», censura un candidato a alcalde de un feudo histórico del PP, ahora en la oposición, que admite que el estado anímico general en estos meses ha sido más bien depresivo.

Los continuos casos de corrupción que salpican a las siglas han machacado los ánimos de la mayoría, que el jueves asistió atónita a la entrada de agentes de la Guardia Civil en la primera planta de Génova, en busca de pruebas de finanzas ilegales. «Lo de Paco (Granados) es un shock del que no nos recuperamos. Pero lo peor es la sensación de que esto es el cuento de nunca acabar», se quejaba ayer un diputado en la Asamblea, confiado en que el paso a un lado de Aguirre facilite la «reacción». Urgente.

Son muchos en el PP de Madrid, «aguirristas» o no, los que admiten que el relevo en la dirección apremiaba. Primero, porque la «lideresa» anunció hace un año que no repetiría tras doce años en el puesto. Pero sobre todo, tras la debacle electoral de mayo, cuando el partido apenas salvó los muebles en la Comunidad, cediendo la capital y otros baluartes como Getafe, Leganés, Móstoles, Alcalá de Henares, Valdemoro, Aranjuez... Tras décadas de hegemonía absoluta, los populares madrileños se han visto «desnortados»: en la oposición y sin un liderazgo claro. A la atonía de Aguirre, cuya natural vehemencia política ha sido intermitente en los últimos meses, se suma la ausencia de un número dos reconocible. El hasta ahora secretario general, Ignacio González, ya informó a la presidenta que su anuncio de abandonar la política incluía su función interna. Y ha estado ausente. Pero Aguirre le pidió que aguantara hasta las elecciones generales. Pasadas estas, tras las navidades, González insistió y se lo dejó por escrito a la presidenta, que ni siquiera se lo comunicó a la junta directiva regional, el 22 de enero. «Puede ser despiste o desidia, pero lo que necesita el PP ahora es un timón claro. No podemos navegar a la deriva, como estamos», reflexionaba ayer otro diputado regional poco antes de conocerse que Génova colocaba a Cifuentes al frente de una gestora en el PP de Madrid.

Una líder por reafirmarse

La situación de interinidad persistirá hasta que el partido celebre su congreso regional, que no será antes del nacional. Cifuentes tiene desde hoy el mandato de Génova de reconstruir un partido con visibles heridas internas y en el que aún debe consolidar su autoridad. Por más que en política la brújula del liderazgo haga reorientar las agujas hacia el nuevo, en el PP madrileño siguen siendo mayoría los afines a Aguirre y no perdonan a la presidenta autonómica su divorcio con la gestión pasada. Un cargo cualificado le lanza una advertencia: «Si hoy hubiera un congreso en Madrid, a lo mejor Cristina no ganaba... o lo haría con el 51% de los apoyos y el 49% en contra». Entre los «resistentes» figuran miembros de su grupo parlamentario en la Asamblea, donde cada vez que se enuncia que el suyo es «un nuevo PP» los gestos de desaprobación son evidentes.

Cifuentes, que pilotará el partido hasta el congreso con Juan Carlos Vera de segundo, se estrena mañana como nueva líder –transitoria– en la agrupación de Getafe.

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