El chef Dani García aterriza en Madrid

Si 2015 fue un año de muchas e interesantes novedades gastronómicas en Madrid, 2016 parece que no le va a ir a la zaga. La recuperación económica que algunos niegan pero que en el mundo de los bares y restaurantes es una evidencia trae consigo aperturas que ya se empiezan a conocer y que darán mucho juego en los próximos meses. La primera en anunciarse es la de BiBo un modelo informal avalado por un cocinero con dos estrellas Michelin, el marbellí Dani García. García regenta el restaurante que lleva su nombre en el hotel Puente Romano de Marbella, que es donde ha logrado los dos macarrones de la guía roja. Justo al lado, en el mismo hotel, abrió hace dos años este BiBo que él ha bautizado como «brasserie andaluza» y que desde el principio ha tenido una increíble aceptación, hasta el punto de registrar llenos diarios y tener una larga lista de espera para conseguir una de sus codiciadas mesas.

Ahora acaba de anunciar que en mayo abrirá un BiBo en la capital, concretamente en el paseo de la Castellana, 52, esquina con Hermanos Bécquer, a un paso de la Embajada de los Estados Unidos.

La apuesta es ambiciosa ya que se trata de un enorme local de 800 metros cuadrados que hasta ahora se ha dedicado a oficinas. Al parecer, la inversión prevista ronda los dos millones de euros y se ha elegido para diseñarlo al decorador de moda en Madrid (no hay restaurante que se precie que no lleve su firma en los últimos tiempos), Lázaro Rosa-Violán.

No es esta la primera aventura del cocinero malagueño en Madrid. Ya ha desarrollado en los últimos años algunos proyectos, casi siempre como asesor, con escaso éxito. En esta ocasión el modelo BiBo es más personal y llega avalado por el éxito de su hermano mayor en Marbella.

Aunque todavía no se conocen demasiados detalles, parece que la idea es que sea un restaurante basado en el del hotel Puente Romano, con una carta muy amplia e informal, pensada para todo tipo de público, pero con algunas variantes para adaptarlo al público de la capital. No esperen, eso sí, encontrar la cocina de vanguardia del dos estrellas Michelin porque esa queda reservada para su casa madre, la que le da el prestigio que luego aprovecha en estas segundas marcas.

Espacio muy marbellí

Mientras se define el modelo, sí podemos hablar de cómo es el BiBo de Marbella. Un espacio muy informal, muy marbellí, con un incesante trasiego de clientes. Más de trescientas personas pasan cada día entre almuerzo y cena por allí. Y a pesar de que el local es grande y hacen dos turnos, hay épocas del año en que resulta muy complicado lograr una mesa.

La carta es larguísima, desde tapas y sopas frías, en las que Dani García es un reconocido maestro, hasta lechazo y cochinillo asados en horno de leña, desde jamón ibérico cortado al momento por un profesional hasta carnes rojas a la brasa de encina, desde ostras hasta pizzas, desde angulas o caviar hasta hamburguesas o una salchichada.

Siempre producto de calidad. Hay de todo y para todos. Y libertad absoluta para comer lo que se quiera y en el orden que se desee. Cocina para todos los gustos, sin barreras, para comer de forma rápida o para disfrutar de una cena relajada. Así es el BiBo de Marbella. Y así esperamos que sea el de Madrid. En mayo lo sabremos.