Dos de cada tres delitos de odio fueron resueltos en 2014

La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, inauguró ayer las Jornadas sobre Delitos de Odio y Discriminación

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La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, inauguró ayer las Jornadas de formación sobre los Delitos de Odio y Discriminación, una infracción cada vez más extendida que el año pasado, solo en Madrid, registró 102 casos. Dancausa aprovechó la ocasión para felicitar a la Policía por su labor en ese sentido, ya que dos de cada tres delitos de odio fueron resueltos.

La cita, cuyo objetivo principal es avanzar hacia la tolerancia cero estos casos y ofrecer la mejor atención posible a las víctimas, estaba organizada por la Jefatura Superior de Policía. Junto a la delegada del Gobierno, el acto fue presidido por el jefe superior de la Policía de Madrid, Alfonso Fernández Díez. El protocolo de actuación, instaurado desde diciembre de 2014, se concentra en tres ejes: la formación, la protección y la figura del interlocutor social.

La prioridad, aseguró Dancausa, es dar visibilidad a estos delitos, ya que unos de los problemas inherentes a esta situación es que no son denunciados. De hecho, sólo uno de cada diez casos es notificado a la Policía. Según datos policiales, en 2014 se registraron en España 1.285 delitos de odio, de los cuales 102 fueron en la Comunidad de Madrid. Concretamente, el 40% de estos fueron por la orientación sexual de la víctima, seguidos por los relacionados con el racismo y la xenofobia.

Este silencio, habitualmente, tiene que ver con que algunos de los agredidos son inmigrantes en situación ilegal; y, en otros casos, porque creen que no servirá de nada, en paralelo a la estigmatización y el temor al rechazo de las instituciones. Ante ello, la delegada del Gobierno recordó que esta percepción «no solo es errónea, sino también un obstáculo para combatir el problema»: «como ocurre, por ejemplo, con la violencia de género, la denuncia suele ser la única vía para conocer la agresión y poder poner en marcha las acciones necesarias para proteger a la víctima», explicó.

En efecto, este protocolo se centra en la atención a colectivos especialmente vulnerables, como es el caso de los menores, muy patente en este tipo de delitos de odio. En 2014, los menores fueron las víctimas en el 25% de los incidentes registrados.

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