Un pedazo del Paleolítico

Los restos y pinturas halladas en Cova Eirós cubren un hueco en la investigación de esta era en Galicia y abre una puerta a futuras investigaciones para recabar más datos

Personal encargado de las labores de investigación en Cova Eirós PEDRO AGRELO

ROMINA ALONSO

Conocer el pasado tanto lejano como próximo siempre ha sido una de las mayores inquietudes de las personas. Los yacimientos arqueológicos son una fuente de información que retratan la historia durante el Paleolítico. Y desde hace algún tiempo, Galicia ya cuenta con uno de este tipo. Es Cova Eirós, en Triacastela (Lugo) . Se ha convertido en el único yacimiento en la Comunidad con restos arqueológicos pertenecientes a los habitantes de la Península que en aquella era, por lo que algunos ya la consideran la «Atapuerca gallega» . Este lugar es el punto más alejado de la Península donde se han encontrado restos y vestigios de la época de los Neandertales y los Homo Sapiens, así como muestras de que la cueva había sido ocupada en la Edad Media. En definitiva, Cova Eirós fue un punto de ocupación a lo largo de los siglos.

Ante estos hallazgos se pondrán en marcha más investigaciones en la cueva que permitan hacer nuevas excavaciones. Los extraordinarios descubrimientos que el interior de la cavidad ocultaba son uno de los motivos por los que la Consellería de Cultura se decidió a iniciar el proceso por el que se declararía como un Bien de Interés Cultural (BIC) . Los hallazgos encontrados en este yacimiento sirven para cubrir un vacío que se había creado a raíz de la falta de información en Galicia sobre determinadas épocas históricas. El codirector de excavaciones en Cova Eirós, Arturo de Lombera, explica que «con esto rellenamos un hueco que había en la investigación en Galicia en el Paleolítico y que abre la puerta a nuevos descubrimientos» . Lombera resalta que «era una anomalía de la investigación porque se conocía desde hace tiempo que había ocupaciones del Paleolítico superior como las que te encuentras en el Cantábrico y que pintaban sus cuevas». A raíz de esto, el experto considera posible que aparezcan en otras cuevas «nuevas pinturas de esta época o de otras más recientes». Sin embargo, las labores de excavación en Cova Eirós están «consumiendo prácticamente los recursos de tiempo y económicos» debido a cuestiones técnicas como los materiales y estratos que contiene, no solamente por el arte. Lombera afirma que el trabajo en este yacimiento «está siendo casi exclusivo». Pese a todo, siguen intentando conocer otras cuevas en su búsqueda por encontrar nuevas evidencias de arte.

Pinturas y grabados

Los restos detectados en Cova Eirós no responden a un único modelo. En su mayoría se sitúan en torno a 11.500 y 9.000 años de antigüedad y su singularidad viene dada por su escasez, en comparación con el resto de la Península. Hay dos tipos: pinturas y grabados. Las pinturas están realizadas en negro, empleando «carbón machacado que se usaba en el Paleolítico», datadas gracias a la prueba del carbono 14.

Por otra parte, los grabados se realizaron mediante una técnica de trazos muy finos , lo que hace que se relacionen con «últimas sociedades del Paleolítico». Lombera apunta a que «hay desde figuras como caballos o cabras representadas como bóvidos también pintados». Además, también se han encontrado motivos abstractos como signos o rallas paralelas que son típicas del mismo periodo. Con el transcurso de las investigaciones se espera aumentar el número de hallazgos que aporten nuevos datos en este punto de la provincia de Lugo.

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