En Marea y BNG buscan en la calle sacar rédito político a los incendios

A pesar de que no se conoce la superficie total calcinada, ni los daños, ni mucho menos las causas que provocaron la ola de incendios; tanto En Marea como el BNG parecen tener ya un diagnóstico de lo que ocurrió el pasado domingo . La izquierda radical gallega buscó ayer en la calle capitalizar el descontento social contra la lacra que castiga el monte de Galicia desde hace décadas, con independencia del color del gobierno que ocupa la Xunta. Un amplio abanico de representantes del rupturismo y el nacionalismo, empezando por sus líderes Luís Villares y Ana Pontón, acompañaron a la marcha «Lumes Nunca Máis» , convocada en Santiago para señalar al PP como culpable de la catástrofe.

Lo que estaba previsto que fuese una manifestación contra la ley de iniciativas empresariales —ley de «depredación» de Galicia, para sus críticos— terminó siendo un acto con un evidente cariz político, en el que se terminó exigiendo la dimisión de Alberto Núñez Feijóo y los responsables de la política forestal de su gobierno. Miles de personas recorrieron las calles de la capital compostelana coreando consignas como «el gobierno que improvisa es un terrorista», o «con este gobierno vamos al infierno» , hasta culminar la protesta en la Praza da Quintana. Allí se guardó un minuto de silencio por las cuatro víctimas mortales ocasionadas por el fuego.

Declarados herederos del espíritu del «Nunca Máis», En Marea y el BNG llamaron a filas a sus máximos referentes. El líder de la confluencia, Luís Villares, cargó contra la «absoluta incompetencia» del presidente de la Xunta y denunció la sensación de «abandono» que sufrieron los gallegos durante la noche fatífica del domingo. «Se hundió el Estado y emergió la nación» , describió el magistrado en excedencia, para quien las imágenes de colaboración vecinal no son sino la demostración de la defensa «del bien común» por parte de la «ciudadanía organizada». «Si a Feijóo le quedaba algo de reputación, la quemó durante todos estos días» , abundó el rupturista.

En la misma línea se pronunció Xosé Manuel Beiras. Flanqueado por el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, el histórico nacionalista no se desvió de su ya tradicional tono descalificativo: «Es culpable Feijóo, es un traidor, un miserable, un fascista y no solo vale con pedir su dimisión, hay que echarlo aunque sea a pedradas» . Igualmente la diputada en el Congreso, Yolanda Díaz, incidió en la falta de ordenación del monte y solicitó tomar ejemplo de Portugal para imponer en una moratoria al eucalipto e «impedir que el proceso productivo siga vinculado a Ence».

Desde el BNG, Ana Pontón calificó de «pirómana» la política forestal de la Xunta, a la que acusó de favorecer con sus directrices «la actividad incendiaria». «Se requiere un cambio y frenar el abandono del medio rural», añadió. La portavoz del frente disparó por elevación en sus críticas y emplazó a Feijóo a «asumir sus responsabilidades» por la gestión de una crisis que quemó 35.000 hectáreas en Galicia , según las primeras estimaciones de Medio Rural.

Y mientras las protestas se desarrollaban en Santiago, el secretario general del PPdeG, Miguel Tellado, cargó contra el carácter partidista de la movilización. «La de hoy no se trataba de una manifestación ecologista, sino una manifestación nacionalista (...) Son los mismos que cuando estaba activa la plaga de incendios, estaban imprimiendo pancartas» . zanjó el número dos de los populares gallegos.